La primera noche que pasé sin dormir pensando en tí fue porque nadie me habia divertido tanto como tú, jajaj. No fue la primera vez que no dormía por una chica, pero sabía que me estaba empezando a enamorar. El problema es que luego vinieron más noches a veces recordando otras noches de ilusión y cachondeo, y otras veces sólo pensaba en porqué no la habias pasado conmigo. Eso si que no era normal, pensar tanto en alguien como para que me robará semanas de sueño; estaba mas que enamorado. Ocurrieron cosas entre nosotros buenas y malas, pero con todo eso no pude dejar de pensar en tí, en tus momento mágicos. Sólo sé que te quiero, y que nunca debí de enamorarme porque me huele a daño y dolor, a mentira y a verdad y a mil cosas más que no se como explicar. Solo escribo por desahogo porque esta noche prefiero dedicartela a ti, a lo que te escribo, que a dar vueltas en las sabanas para luego mezclar sudor con lagrimas. Ademas sé que casi seguro lo leeras, y para que poder decirte lo que siento aun que no sea a la cara, aunque nunca sepas, ni siquiera sospeches quien soy. A veces tirado en la cama mientras dormías podia contar cuantas veces respirabas en un minuto, era feliz contandolo porque ello suponia mirarte y al siguiente minuto lo volvía a contar para ver algo cambiaba ese momento, y a la vez en lo unico que pensaba era que esa cara te estaba viendo delante de mi era la que queria ver cada mañana de mi vida al levantar. Alguna vez me diste un beso y se me cayó alguna lagrima, era feliz: aunque no te vuelva a ver o a hablar gracias por lo que me enseñaste sin darte cuenta. Te quiero y siempre habrá sitio para ti.