Este puente he vuelto a disfrutar del Pimpollar y he visto a mis hijos a disfrutar de él. He visto a gente de nuevo implicada en que éste sitio tan hermoso que poseemos algunos, sea un sitio de alegría. Quizá mi generación nos cansamos demasiado pronto o quizá no supimos apreciarlo, pero sin saberlo siempre estaba allí...No hace falta hacer nada solo disfrutarlo, sólo saborearlo, sólo sentirlo, sólo así lograremos recuperarlo, pero necesitamos que todos nos impliquemos.