El Pimpo lo llevamos en el corazon, nuestros abuelos, nuestros padres y ahora nosotros, tenemos que luchar para que siga siendo ese paraiso de
Madrid en el que siempre nos hemos refugiado.
Quien no se ha emborrachado en el apeadero?, quien no ha tirado
piedras desde el alto del
tunel a los
trenes?