ALCALA DE HENARES: De mi ensayo:"El Reencuentro: Hacia la construccion...

De mi ensayo:"El Reencuentro: Hacia la construccion de la Comunidad Iberica de Pueblos"desarrollo un epigrafe sobre el idioma español e America. He aqui mi version.
2. LA LENGUA ESPAÑOLA EN AMERICA

Entre todas las aportaciones que llevó España al Nuevo Mundo, no hay nada más importante que la lengua española, participe anterior en la unidad peninsular y ahora también para lograr la unidad hispanoamericana.
Cuando Colon llega a América el año 1492, el idioma español se encontraba consolidado en la Península, puesto que los siglos XIV y XV se produjeron los acontecimientos históricos e idiomático que contribuyeron a que el idioma español, prevaleciera de una manera sólida y rápida sobre otros dialectos románicos, que se hablaban en España, como el aragonés, el leones, completado tras la aparición de la gramática de Nebrija.
Colón fue previsor y en su primera expedición, fue acompañado por una serie de intérpretes que poseían conocimientos de otras lenguas como el árabe, el hebreo y la de las costas africanas de Guinea.
Ya en su regreso, Colón trajo con él, una serie de nativos con el propósito, no sólo de que fueran la muestra de los seres humanos que habitaban aquellas lejanas tierras, sino también para qué aprendían aquí la lengua española y que actuarán después como intérpretes, a su regreso al otro lado del Atlántico.
La América hispana se presentaba como una mezcolanza de pueblos con diferentes lenguas, que se articulaban posteriormente, dentro políticamente del Imperio español y bajo la norma de una lengua común.
La diversidad idiomática existente en el Nuevo Mundo, comprendían alrededor de 120 familias de lenguas, algunas de las cuales poseían a su vez decenas e incluso cientos de dialectos. No obstante, las lenguas indígenas más importantes eran, el náhuatl, el taino, en maya, el quechua, el aymará, el guaraní, y el mapuche etc.,..
El español que llegó al continente americano a través de los sucesivas viajes de Colón y posteriormente con las múltiples expediciones de colonización del vasto continente, utilizaran como forma de comunicarse con los indígenas, gestos y luego intérpretes europeos e incluso cautivos indígenas, con el objeto de que se le permitiera una intercomunicación entre culturas.
Asi también los misioneros y colonizadores fomentaran el uso de lenguas más generalizadas, de uso común entre los indígenas con mayor número de hablantes que posteriormente fueron utilizadas para fomentar el comercio entre pueblos tal es el caso del nahuatl en México o el quechua en Perú.
En algunos casos, cuando Colón regresa a España, acompañado de nativos, muchos de estos no tuvieron la oportunidad de regresar a su tierra y se produjo un fenómeno de ósmosis, es decir, que los descubridores empezaron a manejar el vocabulario básico de la lengua de estos y viceversa.
El español empieza a enriquecerse con los primeros americanismos, como “huracán” “cacique”, “hamaca”, “canoa” ya registrados por el sevillano Nebrija en su obra sobre la gramática castellana.
Algunos indígenas, comienzan a actuar de intérpretes de la lengua española, recordando el caso singular de Dª Marina, “la Malinche” compañera de Cortés en México.
La colaboración de la Iglesia fue muy eficaz, pues especialmente son franciscanos y jesuitas los que ejercen una gran labor de evangelización y educación de los niños y jóvenes de distintos pueblos, con la construcción de escuelas e iglesias en todos los lugares del Nuevo Mundo.
Fueron muchos, los misioneros españoles, quienes conscientes de la urgencia de la evangelización se decidieron a corto plazo aprender las lenguas indígenas y algunos de ellos, consiguieron un aprendizaje perfecto de estas lenguas, como Fray Bernardino de Sahagún y Fray Toribio de Benavente.
Al contrario, la lengua española, por su universalidad fue progresivamente hablada por gran número de nativos, que algunos supieron usarla con elegancia, tal es el caso del mexicano de Santa Cruz de Tlatelalco y el peruano, San Francisco de Borja, Hernando AlvaradoTezozómoc, Fernando de Alva Ixtlilxochitl, Juan de Santa Cruz Pachacuts Yanqui, Espinosa Medrano y el inca Garcilaso de la Vega.
Durante el reinado de Felipe II, enormemente respetuoso con las lenguas indígenas, por su condición de políglota, ordenó impulsar la enseñanza del español sin que por ello fuese necesario coaccionar a los nativos.
Sería el rey Carlos III, quien promulgó una Real Cédula en 1770, donde se intensificaba la enseñanza del español y se ordenaba se dejasen de utilizar las lenguas indígenas, siendo una discriminación total a la cultura hispanoamericana.
A partir de la independencia, el proceso de hispanización, se hace más rápido, aunque resulta paradójico.
Los criollos y sus descendientes no dudaron en difundir el español, al objeto de europeizar las nuevas sociedades americanas. Los motivos políticos de la independencia, eran ajenos a los planes lingüísticos.
Hubo algunos hombres de letras, tal es el ejemplo del argentino Sarmiento quien planteó la necesidad de impulsar un español a nuevas formas, lejos del legado dejado por los peninsulares, tesis apoyada por otros argentinos, como Alberdi y Juan María Gutiérrez. Otras voces contradictorias, prevalecieron, como la del venezolano, Andrés Bello que con sus argumentos de sensatez y otras razones abortaron el intento. Otros autores como Esteban Echevarria, el chileno José Victorino Lasterria con el exaltado sentimiento nacionalista y con gran animadversión al español, reconocieron la valoración de la lengua y que era necesario conservarla con mayor pureza, no excluyendo la modificación de su léxico y la aportación de modismos americanistas.
No obstante, ninguna de estas peculiaridades existentes en el español hablado en América, atenta contra la unidad de la lengua. Frente a estas razones de disgregación, son muchos los que apuntan por la unidad basada en múltiples razones comunes como: las continuas relaciones entre países que hablan español, las relaciones culturales, la incidencia actual de los medios de comunicación con la difusión de las normas lingüísticas y otras muchísimas que hacen que la lengua española se mantenga en ambos lados del Atlántico, sin temer nada, a los fenómenos que intentan separarla.
No obstante, al principio, los primeros esfuerzos fueron insuficientes y hispanización de América, comenzó a desarrollarse en el proceso de mestizaje, por la convivencia de los españoles y los indígenas.
Pero no sólo la población indígena era heterogénea, pues también la hispana que llego a colonizar el territorio americano, que procedía de las distintas regiones de Castilla y son andaluces, extremeños, vascos, navarros, gallegos, asturianos y otros, los que se entregan a la labor colonizadora.
Precisamente, el español que enseñan estas gentes es una lengua abierta que acoge en su seno influencia del castellano, valenciano, mallorquín, menorquín, catalán, vasco, gallego, andaluz, canario, leones, aragonés, etc., por la procedencia de los españoles que se integran esta labor civilizadora.
Dentro de la población hispana, los andaluces se asentaron en la zona caribeña y antillana en los primeros años de la colonización y el llamado “andalucismo” en América es notorio y se manifiesta fonéticamente.
Todavía en las Antilla, son habituales estos usos, como la perdida de la “d” entre vocales y se pronuncia “arrepentio” en vez de decir,”arrepentido” y al final de la palabra, como se dice “juventu” en vez de “juventud”o la pronunciación de la x, y, g, j, como “, h”, especialmente en las Antillas, América Central, Venezuela, Panamá, Colombia, México, hasta Ecuador y la costa norte del Perú.

Fdo: Julio Reyes Rubio "Al-Mayriti"