Difícilmente se puede criticar a unos jurados que cada año canvian. Al
Carnaval no le sobran ni lluentons ni plumas ni imaginación ni
artesanía: es lo que las comparsas queremos y lo que los espectadores aplauden. Pero a las comparsas sí que nos falta más convicción sobre que lo que hacemos está bien, muy bien. También nos falta más diplomacia, en directo, en las entregas de
premios, y en las webs. Cuando uno gana todo es fantástico, cuando pierde nada funciona. Hay que ser más coherente, sobretodo
... (ver texto completo)