El
edificio ofrece una acentuada heterogeneidad
fruto de la evolución histórica en las construcciones que lo constituyen, un hecho que ya es apreciable por los constantes cambios en el aparato, aunque siempre se mantenga la
piedra. A pesar de la irregularidad de la planta, el conjunto lo dominan cuatro grandes cuerpos, los cuales están acompañados por el resto de dependencias subsidiarias. [1]
En la parte norte, junto a la Sede, se levanta el primer cuerpo con tres
capillas montadas y un volumen donde se marcan niveles a través de las aberturas practicadas en diferentes épocas (
ventanas geminadas y galería de cuatro
arcos con
columnas de estilo
gótico; también ventanas renacentistas). La
torre central de la
fachada da al edificio un carácter marcadamente
militar (aspilleras en la parte baja), reducido más arriba por la presencia de elegantes
balcones y de un gran
escudo renacentista. Los dos últimos volúmenes se sitúan en el extremo sur (Torre de la Cárcel) y al este (
Salón del Trono, con techo de madera sostenido por arcos diafragmáticos), y pertenecen al estilo gótico. Centrando todo el conjunto aparece el
patio, donde destacan las ventanas renacentistas.