Era la
puerta principal de acceso de la antigua
finca. Mide más de cinco metros de altura.
Representa al
dragón del
Jardín de las Hespérides, pasaje que el poeta Jacint Verdaguer describía en La Atlántida, obra que había dedicado al marqués de Comillas, suegro de su mecenas Eusebi Güell. Curiosamente, el poeta acabó de escribir La Atlántida en esta finca invitado por el conde Güell.