Las nuevas
puertas del
museo fueron diseñadas y realizadas por el artista catalán Josep Plandiura junto al
escultor y forjador Enric Pla Montferrer, por encargo del obispado de
Barcelona. La impactante obra visual realizada por Plandiura, fue objeto de duras críticas debido al contraste que existía entre su obra abstracta y la
arquitectura gótica de la
catedral de Barcelona. La forma orgánica y laberíntica de acero corten mide 3,5 metros de alto por 2,6 m de ancho, siendo actualmente seña de identidad del museo.