ZAMORA: Curas de boina y sangre...

Curas de boina y sangre
12.01.2013 | 03:00
Curas de boina y sangre
DELFÍN RODRÍGUEZ Hay curas que son como los cerdos: les encanta rebozarse en los charcos. Incluso en los que, en vez de agua bendita, están llenos de sangre inocente. No pierden ocasión de dar testimonio de su fe junto al crimen organizado, ni así los maten. Es el caso de treinta de estos cuervos con sotana que han decidido dar un picotazo a las víctimas del terror apoyando al colectivo pro etarra que pide vino y rosas para los asesinos encarcelados.

Estos tíos, que seguramente tienen simpatía por la sangre inocente derramada, por aquello de que a Jesucristo también se la derramaron, presionan para que los obispos vascos secunden la manifestación pro criminales. Como si no supieran que su defensa es la defensa de los matadores de, entre otros, veinte niños.

El perdón es un bellísimo ejercicio que honra al que lo ejerce, pero debe perdonar el ofendido o los deudos de los asesinados, ya que estos, bajo tierra, no pueden pronunciarse. En orden a qué esos curas piden clemencia para unos tipos que no mataron precisamente a sus madres ni a sus hijos? Que perdonen ante los ojos de Dios, que se echen la estola al pescuezo y le digan eso de «ego te absolvo», pero no se inmiscuyan en la Justicia de los humanos, tan lejana de la divina.

Qué fácil es manifestarse pidiendo clemencia para el terror cuando tu has estado sentado tranquilamente viendo pasar a los muertos delante de tu púlpito. Dudo que estos tíos hayan lucido jamás el luto de sus sotanas para honrar a los que se dejaron el pellejo por la libertad que ellos usan ahora como Klinex con el que limpiarse los mocos y ultrajar su memoria.

Si nos ponemos a hacer manifestaciones a favor de chorizos, criminales y demás ralea, nos pasaríamos la vida en la calle. La Justicia no serviría de nada si queremos dictar las sentencias a golpe de pancarta. Que estos tíos de golpe en pecho, que deberían de estar al lado del dolor, estén al lado de los verdugos, me da asco.

Hace un siglo y medio que no voy a misa, pero el ejemplo de curas como estos no ayuda a recobrar la fe. El afán de protagonismo, el afán de que todos sepan que están al lado del terror, nos hace dudar. Aunque cierto es que, por una treintena de ovejas descarriadas, no se puede juzgar a todo el rebaño de curas. Cómo se nota que a estos no les mordió el lobo en la nuca con sus balas cobardes y traidoras.

Les gusta retratarse con la pancarta que reza que han sido enviados por el divino para liberar a los presos. ¡Ole sus cojones! Yo creí que habían sido enviados para dar testimonio de luz y vida. De vida, señores curas, de vida, no de muerte vil y criminal. Solo falta que, cuando acaben esta manifestación, vayan a las puertas de las prisiones con curas pederastas, pidiendo su libertad para que sigan enseñando el catecismo desde sus braguetas flojas.

Estos cínicos, como no tienen argumentos ni defensa alguna, justifican su crimen diciendo que la Iglesia «debe ser fiel a quien anunció y practicó con hechos y palabras la libertad de los cautivos, de los pobres y oprimidos?».

Me parece asquerosa la manipulación de la obra y vida de Jesucristo. Estos tíos que beben el aliento del terror, vienen a predicar que los que pegan tiros en la nuca a seres inocentes son «pobres oprimidos». La madre que los parió. Pobres, oprimidos por la tierra que los aplasta y rodea, son las víctimas. Esos sí que están cautivos y oprimidos para siempre.

La Iglesia, con acciones de tontos de este calibre, deja de ser universal y, con razón se llama «iglesia vasca» a la de los que tienen dulces palabras para el terror. Supongo que si tienen un superior, debería mandarlos a decir misa a los zulos, para que nadie les viera sus mentes sucias. Curas de boina y sangre.

delfín_rod@hotmail. com