A ZAMORA
Eres tan bella y hermosa
noble ciudad de Zamora,
que al mirarte se te adora,
por tu historia tan gloriosa,
por tu labor laboriosa;
tienes templos que admirar
bellas mujeres que amar,
competente autoridad
que gobierna la ciudad
y la sabe gobernar.
Tienes campos de arboleda,
jardines llenos de flores,
paseos encantadores,
de cuando alguna alameda
para el que quiera pueda
mirar a su alrededor,
contemplar con cuanto amor
crió la naturaleza
en tierras tanta belleza
de este pueblo encantador.
Tienes un hermoso rio
cuyo caudal se dilata
por la vega amena y grata
durante invierno bravío,
y cuando llega el estío
en el rigor del verano
convierte en terreno sano
el agua que se desliza
suavemente, y fertiliza
toda la vega de llano.
Es tu tierra tan hermosa
y tan precioso tu cielo,
que cielo tierra y suelo
para hacerte más preciosa
parecen la misma cosa;
noble pueblo castellano
de corazón noble y sano
que a cualquiera en caridad
albergas con ansiedad
como a cualquier zamorano.
Y eres tan buena y sencilla
que bastan hoy tus mujeres
para decirte que eres
del arte una maravilla:
Eres, en fin, una villa
de una historia tan gloriosa,
de tradición tan hermosa,
que solo para cantarte
bastan las obras y el arte
de tu gente vigorosa,
y tienes hombres geniales,
que pueden cantar tu gloria
y en el libro de la historia
serán mañana inmortales:
mujeres angelicales
puras, sencillas y hermosas,
que las hace deliciosas
su belleza angelical,
para hacer más inmortal
tus maravillas preciosas.
Zamora: quiero cantarte
porque yo bien sé que eres
ciudad de bellas mujeres,
de guerreros estandarte,
de los sabios cuna de arte,
y de tus hijos Señora:
ciudad bella, encantadora,
de corazón noble y santo,
por eso te quieren tanto
tus hijos; que son Zamora.
Zamora: sé que tú has sido
la cuna de gente honrada,
humilde, noble y callada
como tú lo has merecido,
por eso al Señor le pido
por ti, pueblo encantador,
y aunque pido con dolor,
por ti, pido a los demás
y nunca pido, jamás
si no lo manda el amor.
Dale Señor vida y gloria:
aparte el mal y el dolor
de este pueblo de mi amor:
Eterniza en su memoria
la gloria que hoy en su historia
tiene el pueblo zamorano:
Trátalo bien que es tu hermano,
Te lo pide por favor
este tu fiel servidor
en lenguaje castellano,
porque no hay en el mundo entero
para explicar lo profundo
de la existencia del mundo,
ni tan claro y tan sincero,
ni tan puro y verdadero,
ni tan generoso y sano
ni tan sencillo y llano;
pues no hay lenguaje mejor
para hablar con el Señor,
que el lenguaje castellano.
Todos los que me preciáis
pedid a Dios y a María.
Pedid de noche y de día,
los maestros que educáis,
profesores que enseñáis
amigos míos, paisanos,
niños, jóvenes y ancianos,
porque no se pierda ahora
la honradez que hoy en Zamora
tenemos los zamoranos.
Pueblo de brillante historia
y de nobles ideales;
pueblo de hombres inmortales
presentes en tu memoria;
pueblo de nobleza y gloria.
pueblo de recto sentir
debes siempre de vivir
con la honradez que hasta ahora:
Pueblo querido Zamora
¡Dios te de buen porvenir!
Autor: Juan Antonio Villar García
De su obra “GRITOS DE AMOR”
Eres tan bella y hermosa
noble ciudad de Zamora,
que al mirarte se te adora,
por tu historia tan gloriosa,
por tu labor laboriosa;
tienes templos que admirar
bellas mujeres que amar,
competente autoridad
que gobierna la ciudad
y la sabe gobernar.
Tienes campos de arboleda,
jardines llenos de flores,
paseos encantadores,
de cuando alguna alameda
para el que quiera pueda
mirar a su alrededor,
contemplar con cuanto amor
crió la naturaleza
en tierras tanta belleza
de este pueblo encantador.
Tienes un hermoso rio
cuyo caudal se dilata
por la vega amena y grata
durante invierno bravío,
y cuando llega el estío
en el rigor del verano
convierte en terreno sano
el agua que se desliza
suavemente, y fertiliza
toda la vega de llano.
Es tu tierra tan hermosa
y tan precioso tu cielo,
que cielo tierra y suelo
para hacerte más preciosa
parecen la misma cosa;
noble pueblo castellano
de corazón noble y sano
que a cualquiera en caridad
albergas con ansiedad
como a cualquier zamorano.
Y eres tan buena y sencilla
que bastan hoy tus mujeres
para decirte que eres
del arte una maravilla:
Eres, en fin, una villa
de una historia tan gloriosa,
de tradición tan hermosa,
que solo para cantarte
bastan las obras y el arte
de tu gente vigorosa,
y tienes hombres geniales,
que pueden cantar tu gloria
y en el libro de la historia
serán mañana inmortales:
mujeres angelicales
puras, sencillas y hermosas,
que las hace deliciosas
su belleza angelical,
para hacer más inmortal
tus maravillas preciosas.
Zamora: quiero cantarte
porque yo bien sé que eres
ciudad de bellas mujeres,
de guerreros estandarte,
de los sabios cuna de arte,
y de tus hijos Señora:
ciudad bella, encantadora,
de corazón noble y santo,
por eso te quieren tanto
tus hijos; que son Zamora.
Zamora: sé que tú has sido
la cuna de gente honrada,
humilde, noble y callada
como tú lo has merecido,
por eso al Señor le pido
por ti, pueblo encantador,
y aunque pido con dolor,
por ti, pido a los demás
y nunca pido, jamás
si no lo manda el amor.
Dale Señor vida y gloria:
aparte el mal y el dolor
de este pueblo de mi amor:
Eterniza en su memoria
la gloria que hoy en su historia
tiene el pueblo zamorano:
Trátalo bien que es tu hermano,
Te lo pide por favor
este tu fiel servidor
en lenguaje castellano,
porque no hay en el mundo entero
para explicar lo profundo
de la existencia del mundo,
ni tan claro y tan sincero,
ni tan puro y verdadero,
ni tan generoso y sano
ni tan sencillo y llano;
pues no hay lenguaje mejor
para hablar con el Señor,
que el lenguaje castellano.
Todos los que me preciáis
pedid a Dios y a María.
Pedid de noche y de día,
los maestros que educáis,
profesores que enseñáis
amigos míos, paisanos,
niños, jóvenes y ancianos,
porque no se pierda ahora
la honradez que hoy en Zamora
tenemos los zamoranos.
Pueblo de brillante historia
y de nobles ideales;
pueblo de hombres inmortales
presentes en tu memoria;
pueblo de nobleza y gloria.
pueblo de recto sentir
debes siempre de vivir
con la honradez que hasta ahora:
Pueblo querido Zamora
¡Dios te de buen porvenir!
Autor: Juan Antonio Villar García
De su obra “GRITOS DE AMOR”
