«Es incierto que el consumo de vino tenga beneficios contra el cáncer»
«El tinto tiene una estructura más compleja y contiene más polifenoles que los blancos y rosados, por lo que parece que resulta más provechoso»
Celestino Santos Buelga en los accesos a la Escuela Politécnica.
Foto Emilio Fraile
JUDIT CALVO
La relación entre vino y salud es el tema que ha llevado al catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Salamanca, Celestino Santos, a impartir una clase a los alumnos del máster en Enoturismo que se desarrolla en el Campus Viriato.
- ¿Es cierto eso de que un vasito de vino en las comidas es oro?
-Esto habría que matizarlo bastante, pero parece que sí hay evidencias epidemiológicas, es decir estudios que observan la incidencia de enfermedades y lo relacionan con los hábitos alimenticios o de salud de la población, y en ese tipo de ensayos se ha visto que normalmente, las personas que realizan consumos ligeros de vino regulares, parece que tienen mayor protección ante enfermedades cardiovasculares. Esto siempre es matizable y hay que tener en cuenta a las personas que saldrían de esta norma, porque son especialmente sensibles. Nunca se debe trivializar, porque el alcohol es básicamente un tóxico, y eso es así, pero ese consumo ligero, asociado a las comidas y fundamentalmente de vino tinto, sí se ha relacionado a un menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
- ¿La relación positiva entre un consumo moderado de vino y la protección ante enfermedades cardiovasculares, también se da en otro tipo de dolencias?
-Se ha relacionado en menor medida con el beneficio frente a los trastornos cognitivos, como el alzheimer y algo también con la diabetes.
- ¿Existe esa relación con el cáncer?
-No, esa relación no es tal. Es más, la mayor parte de los cánceres, o no tienen relación con el consumo de alcohol o al revés, la relación sería, a más consumo mayor probabilidad de sufrirlos.
-Ha hablado de los beneficios, «sobre todo en el vino tino». ¿Es más saludable que los blancos o los rosados?
-Se piensa que sí. Es cierto que normalmente el vino tinto se considera más beneficioso porque tiene una composición química más compleja, relacionada con el color y el cuerpo del vino, que es aportado por componentes que se ha comprobado que tienen actividad biológica saludable. Además, el vino también contiene alcohol, que es una sustancia que en dosis bajas (como un vaso de vino o como mucho dos) es capaz de subir el colesterol bueno, pero a partir de determinado nivel de alcohol, no demasiado alto, los daños serían con seguridad superiores a los beneficios.
- ¿Qué opina de los novedosos vinos sin alcohol que se pueden encontrar en tiendas y establecimientos hosteleros?
-Depende. Como vino no es vino, puede tener los mismos componente, pero para mi gusto deja mucho que desear. Puede que con el tiempo mejore, pero lo dudo, porque gran parte del sabor, el cuerpo y el color están muy vinculados con la presencia de una pequeña cantidad de alcohol. Eso sí, desde el punto de vista de cubrir un segmento de mercado puede venir muy bien a determinados sectores de la población, porque hay gente que por problemas hepáticos, por temas de intolerancia o simplemente por ser abstemios, no pueden beber vino y así se soluciona el problema. Por el contrario, hay que destacar que las sustancias que tiene el vino que tienen algún efecto beneficioso, pueden estar presentes en estos vinos y sin los inconvenientes del alcohol.
- ¿Los componentes beneficiosos que contiene el vino son exclusivos de este producto?
-No, porque vienen de la uva, por lo que existen tanto en la uva como en muchas otras frutas o verduras. Además el efecto no tiene nada que ver. Gran parte de las sustancias beneficiosas que nos aporta el vino aparecen en otros alimentos que no comportan los problemas
«El tinto tiene una estructura más compleja y contiene más polifenoles que los blancos y rosados, por lo que parece que resulta más provechoso»
Celestino Santos Buelga en los accesos a la Escuela Politécnica.
Foto Emilio Fraile
JUDIT CALVO
La relación entre vino y salud es el tema que ha llevado al catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Salamanca, Celestino Santos, a impartir una clase a los alumnos del máster en Enoturismo que se desarrolla en el Campus Viriato.
- ¿Es cierto eso de que un vasito de vino en las comidas es oro?
-Esto habría que matizarlo bastante, pero parece que sí hay evidencias epidemiológicas, es decir estudios que observan la incidencia de enfermedades y lo relacionan con los hábitos alimenticios o de salud de la población, y en ese tipo de ensayos se ha visto que normalmente, las personas que realizan consumos ligeros de vino regulares, parece que tienen mayor protección ante enfermedades cardiovasculares. Esto siempre es matizable y hay que tener en cuenta a las personas que saldrían de esta norma, porque son especialmente sensibles. Nunca se debe trivializar, porque el alcohol es básicamente un tóxico, y eso es así, pero ese consumo ligero, asociado a las comidas y fundamentalmente de vino tinto, sí se ha relacionado a un menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
- ¿La relación positiva entre un consumo moderado de vino y la protección ante enfermedades cardiovasculares, también se da en otro tipo de dolencias?
-Se ha relacionado en menor medida con el beneficio frente a los trastornos cognitivos, como el alzheimer y algo también con la diabetes.
- ¿Existe esa relación con el cáncer?
-No, esa relación no es tal. Es más, la mayor parte de los cánceres, o no tienen relación con el consumo de alcohol o al revés, la relación sería, a más consumo mayor probabilidad de sufrirlos.
-Ha hablado de los beneficios, «sobre todo en el vino tino». ¿Es más saludable que los blancos o los rosados?
-Se piensa que sí. Es cierto que normalmente el vino tinto se considera más beneficioso porque tiene una composición química más compleja, relacionada con el color y el cuerpo del vino, que es aportado por componentes que se ha comprobado que tienen actividad biológica saludable. Además, el vino también contiene alcohol, que es una sustancia que en dosis bajas (como un vaso de vino o como mucho dos) es capaz de subir el colesterol bueno, pero a partir de determinado nivel de alcohol, no demasiado alto, los daños serían con seguridad superiores a los beneficios.
- ¿Qué opina de los novedosos vinos sin alcohol que se pueden encontrar en tiendas y establecimientos hosteleros?
-Depende. Como vino no es vino, puede tener los mismos componente, pero para mi gusto deja mucho que desear. Puede que con el tiempo mejore, pero lo dudo, porque gran parte del sabor, el cuerpo y el color están muy vinculados con la presencia de una pequeña cantidad de alcohol. Eso sí, desde el punto de vista de cubrir un segmento de mercado puede venir muy bien a determinados sectores de la población, porque hay gente que por problemas hepáticos, por temas de intolerancia o simplemente por ser abstemios, no pueden beber vino y así se soluciona el problema. Por el contrario, hay que destacar que las sustancias que tiene el vino que tienen algún efecto beneficioso, pueden estar presentes en estos vinos y sin los inconvenientes del alcohol.
- ¿Los componentes beneficiosos que contiene el vino son exclusivos de este producto?
-No, porque vienen de la uva, por lo que existen tanto en la uva como en muchas otras frutas o verduras. Además el efecto no tiene nada que ver. Gran parte de las sustancias beneficiosas que nos aporta el vino aparecen en otros alimentos que no comportan los problemas