ZAMORA: SUSANA ARIZAGA Trabajaron con mucha pericia y rapidez....

SUSANA ARIZAGA Trabajaron con mucha pericia y rapidez. Aunque, antes de huir con el suculento botín del polígono de La Hiniesta, los integrantes de la banda organizada, formada al menos por cuatro personas, tuvieron tiempo de darse un respiro y echarse unos tragos (de anís «Marie Brizart», «Red Bull» y agua) en la nave de Distribuciones José María Vicente. De allí se llevaron «el camión Nissan nuevo que teníamos guardado dentro», valorado en más de 22.000 euros, y toda la mercancía que pudieron cagar en él «durante un par de horas, como poco, a mano: Un palé de vino caro, cinco de bebidas alcohólicas (ron, ginebra, wiski, coñac...), cajas de refrescos energéticos y productos en conserva». Dejaron lo más barato, como el agua. Y ni una huella.

Valentín Vicente, que trabaja junto con su hermano en esta empresa explica que el robo sufrido les habrá dejado unas pérdidas superiores a los 110.000 euros (más de 90.000 en productos), si bien no han terminado de realizar el inventario, como el resto de los propietarios de las otras tres naves asaltadas en la madrugada del viernes, día uno de octubre, «entre las doce de la noche y las siete de la mañana». A esa hora, cuando abrieron la distribuidora, situada en la calle privada de Alto del la Albillera, como el resto de las naves atracadas, ya no había nadie.

Todos los indicios apuntan a una banda, posiblemente de rumanos, que se desplazó desde otra ciudad para actuar de noche. La única noticia que se tiene de las pesquisas policiales sitúan en Guadalajara la furgoneta sustraída a la empresa Armarios Carlos, que estaba aparcada a la entrada de su nave, dispuesta para el trabajo que tenían pensado realizar el viernes. Con este vehículo se llevaron un armario, cuyo coste asciende a varios miles de euros, y herramienta cara de carpintería. Cuando la Guardia Civil localizó el automóvil en su interior sólo quedaba parte del armario: «Lo más barato. Desaparecieron la maquinaria y los cajones, lo de mayor valor» y abandonaron la furgoneta en la localidad de Castilla-La Mancha, hallada hacia las 10.30 horas, según ha podido saber este diario.

Los empresarios sospechan que los ladrones podrían haber accedido a los establecimientos por fincas privadas de la parte de atrás de esa parte del polígono industrial, ya que la calle en la que se encuentran los negocios está cerrada con vallas y puertas de seguridad. Por cierto, una de ellas fue reventada probablemente para salir con la mercancía sustraída en dirección a la autovía de Cardenal Cisneros. Se sospecha que la primera nave en la que entraron fue la de Construcciones Aislaprieto, donde rompieron la cerradura de la puerta. De allí salieron con «herramientas de construcción como taladradoras que perforan hormigón, nivel de láser», todo el material con el que se pudieron hacer de mayor coste.

Con una maza fueron rompiendo las paredes que separaban unos negocios de otros, realizando butrones, y cortando chapas, para pasar al interior de los locales. En La Industrial de Pinturas no pudieron realizar el agujero en la pared, «al cortar la chapa se encontraron con un muro de hormigón que no lograron agujerear». La solución fue «romper la cerradura de la puerta». Una vez dentro, robaron «alrededor de 50 máquinas, todas de alta gama: Desde batidoras a lijadoras grandes (de 2.000 euros), máquina de pintores con todo el equipamiento (de unos 4.000 euros) y mucha herramienta de marcas con precio muy elevado..., han dejado las de bricolaje», indican fuentes próximas. Los empleados se encontraron con «los expositores vacíos» y con el robo de «bastante material del almacén». Se cree que los ladrones cargaron esa mercancía en un vehículo propio o en la furgoneta robada en la carpintería.

Las oficinas de las empresas fueron también objetivo de sus fechorías, en busca de cajas fuerte y de dinero en los cajones de las mesas de los empleados, que aparecieron «abiertos y en el suelo, todo revuelto». De La Industrial de Pinturas se llevaron unos 200 euros en metálico y de la distribuidora, lo que había suelto en la caja. En Maderas Manteca, otra de las naves afectadas, tras cortar la chapa de la nave observaron que «en el interior sólo había madera y no llegaron a entrar».

Todo parece indicar que los «intrusos» llegaron unos días antes, posiblemente en la jornada de la huelga, aprovechando el cese de actividad, para inspeccionar con tranquilidad el polígono industrial y ver qué negocios estaban instalados y decidir cuáles atracarían apenas veinticuatro horas después. De hecho, testigos afirman haber visto «hombres sospechosos por allí».

Se cree que colocarían los vehículos en una de las fincas colindantes con la parte trasera de las naves para ir cargando los artículos robados; y que mientras uno de los ladrones vigilaba en esa zona, otro lo hacía en la calle privada.

Como en otras ocasiones, es probable que pertenezcan a una red ubicada en Madrid, dedicada a la sustracción de diversos productos y material para su posterior venta en el mercado negro, lo que explicaría que únicamente robaran las herramientas y maquinaria más caras. La Policía Nacional mantiene la investigación abierta, en colaboración con la Guardia Civil, para tratar de localizar la organización para la que trabajan los delincuentes desplazados hasta la capital zamorana.