La ciudad de
Zamora se encuentra en un emplazamiento importante estratégicamente hablando, al estar en un punto elevado, cerca del
valle del
rio Duero y también encontrándose en lugar de paso de la
vía de la plata. De esta forma sus habitantes podían controlar la llegada de posibles invasores y las rutas comerciales.
Por ese motivo la ciudad de Zamora llego a contar hasta con tres recintos amurallados, lo que dio pie a recibir el sobre nombre de la bien cercada. En la actualidad solo se conservan algunos trazos de estas
murallas, siendo el tramo mejor conservado el primero de los tres que fue construido en el siglo XI, en tiempos de Fernando I, rodea el casco histórico y el
Castillo, fue edificada sobre otra anterior de época árabe. Es también la más importante de todos, delimitando el atolón en el que se asienta la ciudad.
La
muralla sufre en diversas ocasiones modificaciones de trazado a lo largo de su
historia, debido a los enfrentamientos en los que se encuentra envuelta la ciudad en su tiempo de existencia y como es lógico al crecimiento de la ciudad.