Villalpando renueva el dogma del Voto
Cientos de fieles conmemoran la festividad de la Inmaculada l El franciscano Miguel Ángel Pérez resalta el «arrojo» de los 13 pueblos al defender la Purísima Concepción
01:02
Procesión de la Virgen de la Inmaculada por las calles de Villalpando, desfile al que asistieron numerosos devotos.
Foto Emilio Fraile
MULTIMEDIA
Fotos de la noticia
I. G. La Fiesta de la Inmaculada es un día grande en Villalpando y todos los pueblos del entorno terracampino. Como cada 8 de diciembre los villalpandinos renovaron su devoción a la Virgen y la pervivencia del llamado Voto Villa, primer pronunciamiento explícito en defensa de la Inmaculada Concepción de la Virgen que suscribieron en el año 1466 la localidad y doce municipios más.
Numerosos vecinos y también hijos de Villalpando que se encuentran fuera, a los que se sumaron devotos llegados de los pueblos cercanos, abarrotaron la iglesia de San Nicolás, donde se celebró la misa y la escenificación del Voto de Villalpando.
Uno de los momentos más singulares se vivió cuando el padre franciscano Miguel Ángel Pérez Valdivieso, natural de Villar de Fallaves, evocó la importancia del dogma de la Inmaculada. El predicador, muy agradecido por la «gentileza» del párroco de Villalpando, Tomás Osorio, al invitarle a dar el sermón de este año, recordó todo lo que supuso el «arrojo» de los trece pueblos de Tierra de Campos (Cañizo, Cerecinos, Cotanes, Prado, Quintanilla del Monte, Quintanilla del Olmo, San Martín de Valderaduey, Tapioles, Villalpando, Villamayor de Campos, Villanueva del Campo, Villar de Fallaves y Villárdiga), «dispuestos incluso a dar su vida por defender el dogma de la Inmaculada».
Para Miguel Ángel Pérez fue una experiencia inolvidable la de volver a su tierra -lleva 23 años en una comunidad de franciscanos en Vigo y como párroco de la iglesia de esa ciudad- y tener la oportunidad de «comprobar la fe de estos pueblos en la Virgen. Nunca había estado y desde luego ha sido una vivencia muy bonita».
El padre franciscano pudo también ser testigo, junto a numerosos devotos, de la ofrenda protagonizada por los vecinos de Villar de Fallaves y de la representación del Voto Villa a cargo de una veintena de vecinos de Villalpando. «Ha quedado fenomenal», comentaba orgulloso el párroco Tomás Osorio, que concelebró la misa junto al predicador y otro sacerdote hijo de la villa. Además acudieron al acto religioso alcaldes de los pueblos que refrendaron el Voto en el siglo XV, cuya representación es habitual en este día.
Tras la misa tuvo lugar la solemne procesión de la Virgen, que salió del altar de la iglesia de San Nicolás para ser llevada en andas por los devotos y recorriendo las principales calles de Villalpando. Real, Amargura, Plaza Mayor y Puerta Villa. Pese a la niebla con la que amaneció ayer la comarca terracampina, después levantó pudiendo ver todos los devotos a la Purísima a lo largo del recorrido procesional. Con la bandera de la Inmaculada y el estandarte de Villalpando, los fieles (algunos ataviados con las capas negras) acompañaron a la Inmaculada en su gran día y refrendaron el compromiso histórico asumido hace más de quinientos años. Un Voto que situó a Villalpando en otros doce pueblos en un lugar prominente del fervor religioso por la solemne proclamación de la fe.
Cientos de fieles conmemoran la festividad de la Inmaculada l El franciscano Miguel Ángel Pérez resalta el «arrojo» de los 13 pueblos al defender la Purísima Concepción
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Procesión de la Virgen de la Inmaculada por las calles de Villalpando, desfile al que asistieron numerosos devotos.
Foto Emilio Fraile
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I. G. La Fiesta de la Inmaculada es un día grande en Villalpando y todos los pueblos del entorno terracampino. Como cada 8 de diciembre los villalpandinos renovaron su devoción a la Virgen y la pervivencia del llamado Voto Villa, primer pronunciamiento explícito en defensa de la Inmaculada Concepción de la Virgen que suscribieron en el año 1466 la localidad y doce municipios más.
Numerosos vecinos y también hijos de Villalpando que se encuentran fuera, a los que se sumaron devotos llegados de los pueblos cercanos, abarrotaron la iglesia de San Nicolás, donde se celebró la misa y la escenificación del Voto de Villalpando.
Uno de los momentos más singulares se vivió cuando el padre franciscano Miguel Ángel Pérez Valdivieso, natural de Villar de Fallaves, evocó la importancia del dogma de la Inmaculada. El predicador, muy agradecido por la «gentileza» del párroco de Villalpando, Tomás Osorio, al invitarle a dar el sermón de este año, recordó todo lo que supuso el «arrojo» de los trece pueblos de Tierra de Campos (Cañizo, Cerecinos, Cotanes, Prado, Quintanilla del Monte, Quintanilla del Olmo, San Martín de Valderaduey, Tapioles, Villalpando, Villamayor de Campos, Villanueva del Campo, Villar de Fallaves y Villárdiga), «dispuestos incluso a dar su vida por defender el dogma de la Inmaculada».
Para Miguel Ángel Pérez fue una experiencia inolvidable la de volver a su tierra -lleva 23 años en una comunidad de franciscanos en Vigo y como párroco de la iglesia de esa ciudad- y tener la oportunidad de «comprobar la fe de estos pueblos en la Virgen. Nunca había estado y desde luego ha sido una vivencia muy bonita».
El padre franciscano pudo también ser testigo, junto a numerosos devotos, de la ofrenda protagonizada por los vecinos de Villar de Fallaves y de la representación del Voto Villa a cargo de una veintena de vecinos de Villalpando. «Ha quedado fenomenal», comentaba orgulloso el párroco Tomás Osorio, que concelebró la misa junto al predicador y otro sacerdote hijo de la villa. Además acudieron al acto religioso alcaldes de los pueblos que refrendaron el Voto en el siglo XV, cuya representación es habitual en este día.
Tras la misa tuvo lugar la solemne procesión de la Virgen, que salió del altar de la iglesia de San Nicolás para ser llevada en andas por los devotos y recorriendo las principales calles de Villalpando. Real, Amargura, Plaza Mayor y Puerta Villa. Pese a la niebla con la que amaneció ayer la comarca terracampina, después levantó pudiendo ver todos los devotos a la Purísima a lo largo del recorrido procesional. Con la bandera de la Inmaculada y el estandarte de Villalpando, los fieles (algunos ataviados con las capas negras) acompañaron a la Inmaculada en su gran día y refrendaron el compromiso histórico asumido hace más de quinientos años. Un Voto que situó a Villalpando en otros doce pueblos en un lugar prominente del fervor religioso por la solemne proclamación de la fe.