ACTOS REFLEJOS
Hubo una vez en Q un hombre que viniendo de acarrear se le atolló el carro. Creo que era un gran conductor pero por un despiste del hijo, por haber llovido recientemente o por su mala suerte una de las ruedas se hundió en el fango. Mandó al hijo que por delante tirase de la cabezada y los ramales, cuando se lo indicase, mientras que él por detrás arrearía con la tralla. Confiado en su experiencia se dispuso a cantar a las caballerías lo que tan bien se sabía y con tanto ahínco siempre ... (ver texto completo)
Hubo una vez en Q un hombre que viniendo de acarrear se le atolló el carro. Creo que era un gran conductor pero por un despiste del hijo, por haber llovido recientemente o por su mala suerte una de las ruedas se hundió en el fango. Mandó al hijo que por delante tirase de la cabezada y los ramales, cuando se lo indicase, mientras que él por detrás arrearía con la tralla. Confiado en su experiencia se dispuso a cantar a las caballerías lo que tan bien se sabía y con tanto ahínco siempre ... (ver texto completo)