Este era para nosotros el maravilloso, lejano, prohibido y casi mítico Tamaral, con sus jatos, y Carolo, el vaquero, con sus zancos para "atruchar" (vadear el
río). Me falta también aquella
foto de "las
Puentes" sobre la Almorcera (arroyo de la Almucera más tarde), con "el Prao" a su orilla y el Pozarcón -¿qué mago del lenguaje lo
bautizó así?-tan frecuentado por las
cigüeñas. Humedal entonces pródigo en barbos, tencas y ranas. El bálago sobre
las eras con sus casetas cónicas de chopo, donde no faltaban
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