Escriben los lectores.
Desde la independencia
Aunque la legislatura no está agotada, los resultados ya pueden verse. Así podemos comprobar como en numerosos municipios el paso del tiempo ha servido para que sus habitantes hayan acumulado unos años más a su existencia, sin haber podido apreciar otros cambios que los impuestos por la propia naturaleza.
Otros pueblos, pequeños, con pocos recursos, han experimentado un cambio muy agradable, porque la llegada de nuevas personas a su alcaldía ha llevado un soplo de aire fresco. Tal es el caso de Santa Clara de Avedillo, un pueblo pequeño, como lo son la mayoría de nuestra provincia, sumido en la indiferencia de las instituciones y carente de recursos propios para poder financiar sus necesidades, que gracias al tesón de su alcaldesa ha conseguido ir modificando el conformismo propio de los castellanos, en una actitud reivindicativa para ir poniendo al día las deficiencias endémicas de la mayoría de los municipios.
Tiene además un valor doble porque esta señora no es del pueblo sino una visitante circunstancia que un día adquirió una casa como segunda residencia. Animada por un grupo de vecinos se presentó a las elecciones y se alzó con la Alcaldía. La falta de intereses personales en el municipio le ha permitido actuar sin ningún tipo de ataduras a la hora de tomar decisiones en beneficio de todos.
Los cambios saltan a la vista como habrá podido comprobar quién haya visitado el pueblo en este tramo de tiempo. Pero es que existen otros cambios tan importantes que todavía no son apreciables pero ya están realizados: la repoblación de terrenos comunales, con "la Parva" o el Otero como les gusta decir a los nativos. Es una gozada ver los plantones crecer día a día, un trabajo con sello propio que refleja una manera de sentir las cosas, de querer lo de todos.
Me han comentado que posiblemente no se presente a las próximas elecciones. Sería una verdadera lástima, porque prescindiendo del perfil político los pueblos necesitan personas que sean constantes, trabajando con tenacidad y altura de miras para poder obtener la máxima rentabilidad a sus escasos recursos. De lo contrario más de lo mismo: rutina y abandono.
Por eso, desde estas líneas, te quiero animar a que continúes. Pero si finalmente optas por dejarlo, como usuario del pueblo quiero darte las gracias porque me consta que le has dedicado mucho tiempo, un tiempo que siempre corre a cargo de estar menos con la familia. Gracias
Andrés Fraile Esteban
(Corrales del Vino).
Desde la independencia
Aunque la legislatura no está agotada, los resultados ya pueden verse. Así podemos comprobar como en numerosos municipios el paso del tiempo ha servido para que sus habitantes hayan acumulado unos años más a su existencia, sin haber podido apreciar otros cambios que los impuestos por la propia naturaleza.
Otros pueblos, pequeños, con pocos recursos, han experimentado un cambio muy agradable, porque la llegada de nuevas personas a su alcaldía ha llevado un soplo de aire fresco. Tal es el caso de Santa Clara de Avedillo, un pueblo pequeño, como lo son la mayoría de nuestra provincia, sumido en la indiferencia de las instituciones y carente de recursos propios para poder financiar sus necesidades, que gracias al tesón de su alcaldesa ha conseguido ir modificando el conformismo propio de los castellanos, en una actitud reivindicativa para ir poniendo al día las deficiencias endémicas de la mayoría de los municipios.
Tiene además un valor doble porque esta señora no es del pueblo sino una visitante circunstancia que un día adquirió una casa como segunda residencia. Animada por un grupo de vecinos se presentó a las elecciones y se alzó con la Alcaldía. La falta de intereses personales en el municipio le ha permitido actuar sin ningún tipo de ataduras a la hora de tomar decisiones en beneficio de todos.
Los cambios saltan a la vista como habrá podido comprobar quién haya visitado el pueblo en este tramo de tiempo. Pero es que existen otros cambios tan importantes que todavía no son apreciables pero ya están realizados: la repoblación de terrenos comunales, con "la Parva" o el Otero como les gusta decir a los nativos. Es una gozada ver los plantones crecer día a día, un trabajo con sello propio que refleja una manera de sentir las cosas, de querer lo de todos.
Me han comentado que posiblemente no se presente a las próximas elecciones. Sería una verdadera lástima, porque prescindiendo del perfil político los pueblos necesitan personas que sean constantes, trabajando con tenacidad y altura de miras para poder obtener la máxima rentabilidad a sus escasos recursos. De lo contrario más de lo mismo: rutina y abandono.
Por eso, desde estas líneas, te quiero animar a que continúes. Pero si finalmente optas por dejarlo, como usuario del pueblo quiero darte las gracias porque me consta que le has dedicado mucho tiempo, un tiempo que siempre corre a cargo de estar menos con la familia. Gracias
Andrés Fraile Esteban
(Corrales del Vino).