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SAN MIGUEL DE LA RIBERA: cartas al director ...

cartas al director
Con ilusion y desilusionada
Después de 24 años sin ir a San Miguel de la Ribera acepté la invitación de unos amigos para pasar un día agradable de encierro. Acudí a San Miguel con gran ilusión pero me llevé una gran decepción por la que pensaré dos veces si vuelvo a dicho pueblo.
En primer lugar quiero denunciar el estado lamentable del vallado, yo no entiendo mucho pero considero que un vallado no puede estar sujeto con unas simples cuerdas ya que eso no son medidas de seguridad. Qué hubiera pasado si el toro en algún momento hubiera arremetido contra el vallado, no creo que hubiera resistido por muy fuertes que fueran las cuerdas. Esta situación que planteo no es hipotética ya que continuamente vemos por la televisión encierros de otros pueblos con escasas medidas de seguridad donde se produce alguna desgracia.
Por otro lado quiero denunciar el maltrato que se le dio al toro por parte de algunos mozos del pueblo. Quiero dejar claro que no soy antitaurina, si lo fuera no hubiera ido, de hecho me gustan los toros y defiendo la fiesta nacional pero no estoy a favor del maltrato y del salvajismo que se le dio al toro. En un momento determinado del encierro la estampa era bochornosa, al toro se le estaban tirando unas barras de hierro de unos tres metros aproximadamente, dándole por todos los lados, de hecho el toro se tambaleaba continuamente y no se tenía en pie.
Esta situación la estaba comentando mi marido con un señor que tenía al lado, estaban intercambiando el uno con el otro su opinión sobre lo que estaban
viendo sin meterse con nadie cuando de repente un peñista del pueblo arremetió contra mi marido diciéndole que si no le gustaba lo que veía que se fuera, mi marido le indicó que él había ido a ver un encierro no un espectáculo lamentable. Entonces el peñista se abalanzó sobre mi marido y le quitó las gafas tirándolas al suelo, en ese momento mi marido se agachó a por las gafas por lo que no pudo ver el siguiente ataque y dicha persona aprovechó para lanzarle un golpe que fue parado por una señora que estaba presente, acto seguido otra persona tuvo que pisar una de las barras que estaban tirando al toro ya que otro peñista se la estaba intentando pasar al primero para rematar a mi marido. Con esta situación está claro que no habían tenido suficiente con maltratar al toro y estaban buscando otra víctima para descargar su agresividad: ¿Es que hoy en día en España uno no puede hablar con otra persona para dar su opinión sobre un hecho ni comentar nada por miedo a que le oigan y le den un golpe? Por otro lado la actitud de los dos peñistas los cataloga como lo que son, unos auténticos cobardes que no son capaces de enfrentarse a un hombre de tú a tú ni de frente, si no que tienen que atacar por la espalda. Para finalizar me gustaría hacer una pregunta a la señora alcaldesa de San Miguel ¿qué hubiera pasado si mi marido recibe un mal golpe o bien le dan con la vara? ¿Quién se haría responsable? Después seguramente llegarían las lamentaciones y las disculpas, pero insuficientes ya que quien pagaría las consecuencias sería mi familia. Gracias a Dios todo quedó en un gran disgusto pero pudo haber sido una desgracia y entonces esto no quedaría en un artículo de periódico sino que por supuesto se tomarían las acciones legales correspondientes.
Andrea Prieto Alvaredo (Morales del Vino) copiado del periódico La Opinión de fecha 2 de octubre NO ME LO INVENTO