Hoy cincuenta y cinco años, RIBADELAGO

(9 de Enero de 1959)
Mis abuelos se salvaron. Contaba mi abuelo que, estando en la cama aquella madrugada, escuchó un ruido atronador e inmediatamente supo que la presa había reventado. Despertó a mi abuela y salieron a la calle gritando ¡Vecinos, que nos ahogamos! Lo que ocurrió después fue horrible.
Mis abuelos se salvaron.