ACTUALIDAD
-¿No notas mucha mejoría en el pueblo últimamente? A que Quiruelas va bien? ¿Acaso no nos beneficia mucho a todos la instalación?
-Sí, señor alcalde. (Responde el interpelado, un vecino cualquiera).
-¿Lo veis? ¿Qué os decía yo? Esto sitúa a QQ a la altura de los tiempos... ¡Qué torre! Si parece obra de un ingeniero artista. Como el Calatrava ese o de un discípulo de Eiffel. Para que algunos rácanos digan que rompe la estética. Y cuánto ganamos todos... Con esta cobertura ya no hay excusa para que los abuelos no hablen con sus nietos, y disfruten de AMENA conversación con parientes, y Quiruelas atrape al fin el tren de la modernidad por los cabellos...Que la ocasión la pintan calva...
-Sí, sí, Sr alcalde.
TIEMPOS LEJANOS
-A ver tú, galopín, ¿un insecto es una silla? (Preguntó de Bienvenido)
-Sí, señor maestro.
-¡Vaya, hombre! ¡Acertaste!
-Ah, pues lo dije a bulto Sr maestro, lo dije a bulto.
Tal era el pánico que todos los alumnos sentían cuando se dirigía a ellos. En especial aquellos cuyos padres no eran clientes del molino de Micereces (¿de Varas?), del cual era socio el maestro.
Que me corrijan los abuelos testigos si yerro, yo he oído campanas, pero hace ya tanto que no sé dónde.
-¿No notas mucha mejoría en el pueblo últimamente? A que Quiruelas va bien? ¿Acaso no nos beneficia mucho a todos la instalación?
-Sí, señor alcalde. (Responde el interpelado, un vecino cualquiera).
-¿Lo veis? ¿Qué os decía yo? Esto sitúa a QQ a la altura de los tiempos... ¡Qué torre! Si parece obra de un ingeniero artista. Como el Calatrava ese o de un discípulo de Eiffel. Para que algunos rácanos digan que rompe la estética. Y cuánto ganamos todos... Con esta cobertura ya no hay excusa para que los abuelos no hablen con sus nietos, y disfruten de AMENA conversación con parientes, y Quiruelas atrape al fin el tren de la modernidad por los cabellos...Que la ocasión la pintan calva...
-Sí, sí, Sr alcalde.
TIEMPOS LEJANOS
-A ver tú, galopín, ¿un insecto es una silla? (Preguntó de Bienvenido)
-Sí, señor maestro.
-¡Vaya, hombre! ¡Acertaste!
-Ah, pues lo dije a bulto Sr maestro, lo dije a bulto.
Tal era el pánico que todos los alumnos sentían cuando se dirigía a ellos. En especial aquellos cuyos padres no eran clientes del molino de Micereces (¿de Varas?), del cual era socio el maestro.
Que me corrijan los abuelos testigos si yerro, yo he oído campanas, pero hace ya tanto que no sé dónde.
