La tradición de invitar a la bodega a los visitantes forasteros era célebre. Seguramente se haya perdido bastante. Iban los de la boina con mucha devoción, camino de la iglesia, con la chiquita llave de una mano y con la botella de "casera" de la otra (podía ser también. La Pitusa, La Revoltosa...) Se encontraban de camino a algún pariente de un paisano, lo saludaban invariablemente con el consabido "mealegro-bienytú" y se le decía: " ¿Vamos? " ( Había algún gorrón célebre que se iba pegando a los grupos haciéndose el encontradizo, si habia para asar, que siempre iba a invitar él para el siguiente domingo que nunca llegaba.) Si no era de la zona solía desconcertársele con una frase: "Oye, tú sin aquella ninguna", para que comiese y bebiese si vegüenza ni remilgos.