Continua . . . En las vacaciones del
verano pasado vi con sorpresa y sastisfación cómo operarios del
Ayuntamiento barrían las
calles. Entendí que, por fin se habían acabado los tiempos de la "vacada", la estabulación del
ganado en las viviendas, el paso de rebaños por la población. Sin duda, el aspecto del
pueblo había cambiado. Por fin el Ayuntamiento velaba por la calidad de vida de los contribuyentes. Se han producido muchos cambios y mejoras, como construcción de aceras, pavimentación de las
... (ver texto completo)