AQUELLOS REYES MAGOS
Cuando los americanos subieron a la Luna -año arriba, año abajo- que se siguió por la televisión en los cafés y oía en los "partes" de la radio (así y todo, no faltaban padres que, incrédulos, lo ponían en duda diciendo: ¡Bah, será un montaje de los americanos! Si no lo veo, no lo creo. Y es que competían con los rusos en la carrera espacial y les parecía cuento yanqui) vivió Quiruelas otro acontecimiento. Sucedió que un par de años, puede que seguidos, volcaron sendos camiones junto a Río Chico. Llevaban un porte de naranjas que acabaron desparramadas por la carretera y aledaños. Sería el mes de Octubre o Noviembre quizá y hubo naranjas para todos. Las que no se llevó el río, claro, que fueron muchas.(No me preguntéis si el camionero tenía asegurada la mercancía...)Así que aquellas, más que Navidades blancas, fueron de color naranja.(A propósito de la nieve, hubo también dos nevadas impresionantes por esos años. El espesor llegaría a los dos metros y tocaba los balcones. Era un espectáculo. Se hicieron carriles con la pala para abrir paso y comunicar, se echaba sal.. Después las heladas se sucedieron.Sobre la colina de las bodegas la nieve seguía cuajada en pleno Marzo, sobre su ladera Norte y zonas de sombra. Entonces no había que esperar a Semana Santa para oír Zamora en las noticias. A la serie de puertos cerrados o con cadenas siempre la remataba el Portillo del Padornelo y la Canda en nuestra provincia) La fruta no era tan perecedera como hoy, ni atiborrada de pesticidas. Ni tan sometida a los bruscos cambios con el mete y saca de la cámara, que hace que coja moho y pudra. Poco antes eran la naranjas y mandarinas -"mondarinas" decíamos por lo bien que pelaban-, toda la fruta en general, artículo de lujo que hasta los Reyes Magos nos traían. Fue pues un inesperado y dulce regalo para todos los quiruelenses.(Tan distinto de la naranjada esta de Orange -antes Amena- que nos quieren hacer tragar... Las antenas rivalizaban en altura. El récord siempre lo ostentó, hasta hoy, la del sr.Diego Peral)
Los regalos de Reyes preferidos -al menos para mí- eran el tamboril y la armónica. La conocíamos como "la finfona", seguramente de sinfonía. Quizás todos soñásemos con la ilusión de ser músicos un día desde que varias veces, en las fiestas, nos deleitara con su música la orquesta Copacabana, de Morales de Rey (mago también, de ahí su magia), a quienes contemplábamos extasiados. También muchos padres permanecían de pie en "la plaza", con la boca abierta y como pasmados, cuando tocaban algún pasodoble, la cumbia Cartagenera Morena o simplemente La Raspa. El impacto fue tal que hasta Los Peales, entonces en sus inicios, les copiaron la raíz, Copa. Algunos íbamos a echar nuestra carta a los Reyes en el buzón de La Oficina, actual Ayuntamiento, no alcanzábamos y teníamos que subir a cuestas o darnos el pie para lograrlo. Para el Año Nuevo te decían: vete an´ca tu padrino(o madrina) a darle los días. Ibas y había una receta inmortal que tengo medio olvidada: "Buenos días, padrino.¡De hoy en un año! Que...?... Y vengo a que me de el aguinaldo". Te daba la propina y con suerte algún juguete, si no era muy roñoso. ¡Qué tiempos! Aquel turrón, tan duro. Había que partirlo con el martillo, golpeando sobre el cuchillo de la matanza. Las tarde-noches jugando a la baraja en la camilla. Las "bazas" que se daban al que perdía.(Tres triquis troquis al rey que ti moquis... Rey, rey mando... Enseñaban a aguantar y tolerar la frustración, hoy dirían otros que machaca la autoestima) Los niños éramos felices si teníamos cascajo que partir(nueces, piñones, almendras)o castañas y patatas para asar. Las niñas lo mismo, o jugaban a las tabas, o tocaban las castañuelas y pandereta, o cantábamos un villancico. Todo al calorcico del brasero y de la lumbre de la hornaz. El calor de la familia unida y el hogar.
P.de. A nadie le suena algo de cuanto he contado? Pues la verdad no está en un sueño, sino en mil y un sueños. Hoy he querido contaros el mío.¡¡¡Feliz Navidad!!! ... (ver texto completo)
Cuando los americanos subieron a la Luna -año arriba, año abajo- que se siguió por la televisión en los cafés y oía en los "partes" de la radio (así y todo, no faltaban padres que, incrédulos, lo ponían en duda diciendo: ¡Bah, será un montaje de los americanos! Si no lo veo, no lo creo. Y es que competían con los rusos en la carrera espacial y les parecía cuento yanqui) vivió Quiruelas otro acontecimiento. Sucedió que un par de años, puede que seguidos, volcaron sendos camiones junto a Río Chico. Llevaban un porte de naranjas que acabaron desparramadas por la carretera y aledaños. Sería el mes de Octubre o Noviembre quizá y hubo naranjas para todos. Las que no se llevó el río, claro, que fueron muchas.(No me preguntéis si el camionero tenía asegurada la mercancía...)Así que aquellas, más que Navidades blancas, fueron de color naranja.(A propósito de la nieve, hubo también dos nevadas impresionantes por esos años. El espesor llegaría a los dos metros y tocaba los balcones. Era un espectáculo. Se hicieron carriles con la pala para abrir paso y comunicar, se echaba sal.. Después las heladas se sucedieron.Sobre la colina de las bodegas la nieve seguía cuajada en pleno Marzo, sobre su ladera Norte y zonas de sombra. Entonces no había que esperar a Semana Santa para oír Zamora en las noticias. A la serie de puertos cerrados o con cadenas siempre la remataba el Portillo del Padornelo y la Canda en nuestra provincia) La fruta no era tan perecedera como hoy, ni atiborrada de pesticidas. Ni tan sometida a los bruscos cambios con el mete y saca de la cámara, que hace que coja moho y pudra. Poco antes eran la naranjas y mandarinas -"mondarinas" decíamos por lo bien que pelaban-, toda la fruta en general, artículo de lujo que hasta los Reyes Magos nos traían. Fue pues un inesperado y dulce regalo para todos los quiruelenses.(Tan distinto de la naranjada esta de Orange -antes Amena- que nos quieren hacer tragar... Las antenas rivalizaban en altura. El récord siempre lo ostentó, hasta hoy, la del sr.Diego Peral)
Los regalos de Reyes preferidos -al menos para mí- eran el tamboril y la armónica. La conocíamos como "la finfona", seguramente de sinfonía. Quizás todos soñásemos con la ilusión de ser músicos un día desde que varias veces, en las fiestas, nos deleitara con su música la orquesta Copacabana, de Morales de Rey (mago también, de ahí su magia), a quienes contemplábamos extasiados. También muchos padres permanecían de pie en "la plaza", con la boca abierta y como pasmados, cuando tocaban algún pasodoble, la cumbia Cartagenera Morena o simplemente La Raspa. El impacto fue tal que hasta Los Peales, entonces en sus inicios, les copiaron la raíz, Copa. Algunos íbamos a echar nuestra carta a los Reyes en el buzón de La Oficina, actual Ayuntamiento, no alcanzábamos y teníamos que subir a cuestas o darnos el pie para lograrlo. Para el Año Nuevo te decían: vete an´ca tu padrino(o madrina) a darle los días. Ibas y había una receta inmortal que tengo medio olvidada: "Buenos días, padrino.¡De hoy en un año! Que...?... Y vengo a que me de el aguinaldo". Te daba la propina y con suerte algún juguete, si no era muy roñoso. ¡Qué tiempos! Aquel turrón, tan duro. Había que partirlo con el martillo, golpeando sobre el cuchillo de la matanza. Las tarde-noches jugando a la baraja en la camilla. Las "bazas" que se daban al que perdía.(Tres triquis troquis al rey que ti moquis... Rey, rey mando... Enseñaban a aguantar y tolerar la frustración, hoy dirían otros que machaca la autoestima) Los niños éramos felices si teníamos cascajo que partir(nueces, piñones, almendras)o castañas y patatas para asar. Las niñas lo mismo, o jugaban a las tabas, o tocaban las castañuelas y pandereta, o cantábamos un villancico. Todo al calorcico del brasero y de la lumbre de la hornaz. El calor de la familia unida y el hogar.
P.de. A nadie le suena algo de cuanto he contado? Pues la verdad no está en un sueño, sino en mil y un sueños. Hoy he querido contaros el mío.¡¡¡Feliz Navidad!!! ... (ver texto completo)
