Esta mañana, en un paseo por el campo observo una esparraguera silvestre, que por encontrarse cerca de una acequia de agua estaba muy fuerte. Había crecido y se daba una vuelta en forma de rueda, la cual estaba llenita de flor. Es una flor chiquita color amarillo claro (campanitas). Había unas 40 abejas recogiendo el polen en sus flores. Al verlas todas portando en sus patitas de atrás unas bolitas amarillas, unas entraban y otras salían, me he quedado veinte minutos observando como trabajaban esos animalitos. Quiénes me acompañaban se fueron corriendo, pues pensaban que nos podían picar. Yo tenía la seguridad que no. Si uno se queda quieto viéndolas ellas van a lo suyo y además no se veían las colmenas por allí cerca. Hace 20 años teníamos en Padornelo colmenas, por eso las conozco un poquito, pues les poníamos paneles artificiales y les tapábamos las piqueras en invierna para que entrasen de una en una. En verano tenían una apertura mayor, pero en invierno estaban menos fuertes y si entraba algún ratón con el frío no se deshacían de él. Regíamos la miel. Todavía conservamos el extractor y los utensilios para protegernos de las picaduras, pero algunas he recibido. Pero he aprendido que si estás lejos de la colmena es muy difícil que te piquen y si estás cerca lo mejor es estar lo más inmóvil posible. Si las ves alrededor o las oyes, si intentas quitarlas con las manos al movimiento del aire te pican seguro. Ellas defienden los suyo.