Nunca había brincado tanto como éste año en Padornelo, día y noche, por el día me agarraba algún carballo para non caer, pero por la noche durmiendo pegaba cada salto que topaba con el techo, sino fuera que deben de andar por la boca del túnel viejo y una profundidad de 250 metros nos hubieran escarallado las vacaciones, y no os extrañe que el bendito pueblo más alto de Sanabría quede más bajo. No podían hacer el túnel con estos petardos que tiran los rapaces pequeños.