Erase una vez cuando los malladores estaban mallando en la era la Tía Gerarda. A mediodía dejaron el centeno extendido en la era para que le diera el sol, y se fueron dentro de casa a almorzar las papas que tenían en un pote a enfriar, encima del banco.
Aún no empezaran cuando bajo la raposa del monte y se meo en el canto la era. Se subió al pico y luego, desde allí, empezó a llamar a voces:
! Corred, malladores, que se moja la era! corred, malladores, que se moja la era!
Entonces los malladores salieron corriendo, la raposa bajo y comió las papas que estaban en el banco; y no dejo rastro de ellas. Cuando los malladores se dieron cuenta que les engañara, volvieron; pero la raposa ya marchaba muy harta. En el lameiro seco la raposa se encontró con el lobo y le dijo:
! Ay compadre, que mala vengo! Si me pudieras llevar al hombro, que estoy muy mala.. Y como tengo que amasar, si me llevas, te hago un bollo.
Entonces el lobo la cogió como un burro y marcho por los falgueiros redondos arriba con ella al hombro. La raposa, cada poco, iba cantando:
! Voy llena y redonda de papas de leche, muy harta y redonda voy caballero!
! Qué dices, comadre! ¿Qué dices? preguntaba el lobo. Delirio, compadre, delirio, contestaba la raposa.
Y más arriba, la raposa, haciendo burla del lobo, volvía a cantar:
! Voy llena y redonda de papas de leche, muy harta y redonda voy caballero! y el lobo ¿Qué dices comadre? ¿Que dices? Delirio compadre, delirio. Siguieron así, y la llevo hasta las pedraguizas. Allí dijo el lobo:
Ay, comadre, ¿cuando me vas a hacer el bollo? No, no puedo hacerte el bollo, que no tengo pan, dijo la raposa.
Entonces el lobo, cuando vio que lo estaba engañando, cogió y la tiro por las pedraguizas abajo.
La raposa empezó:! Quitad, piedras y carrascos, que os mato, y poner mantas y sabanas debajo!
Pensaba la raposa que también iba a engañar las piedras y troncos de las urzes.
Pero de nada le sirvió, porque la la raposa se mato por las pedraguizas abajo.
Aún no empezaran cuando bajo la raposa del monte y se meo en el canto la era. Se subió al pico y luego, desde allí, empezó a llamar a voces:
! Corred, malladores, que se moja la era! corred, malladores, que se moja la era!
Entonces los malladores salieron corriendo, la raposa bajo y comió las papas que estaban en el banco; y no dejo rastro de ellas. Cuando los malladores se dieron cuenta que les engañara, volvieron; pero la raposa ya marchaba muy harta. En el lameiro seco la raposa se encontró con el lobo y le dijo:
! Ay compadre, que mala vengo! Si me pudieras llevar al hombro, que estoy muy mala.. Y como tengo que amasar, si me llevas, te hago un bollo.
Entonces el lobo la cogió como un burro y marcho por los falgueiros redondos arriba con ella al hombro. La raposa, cada poco, iba cantando:
! Voy llena y redonda de papas de leche, muy harta y redonda voy caballero!
! Qué dices, comadre! ¿Qué dices? preguntaba el lobo. Delirio, compadre, delirio, contestaba la raposa.
Y más arriba, la raposa, haciendo burla del lobo, volvía a cantar:
! Voy llena y redonda de papas de leche, muy harta y redonda voy caballero! y el lobo ¿Qué dices comadre? ¿Que dices? Delirio compadre, delirio. Siguieron así, y la llevo hasta las pedraguizas. Allí dijo el lobo:
Ay, comadre, ¿cuando me vas a hacer el bollo? No, no puedo hacerte el bollo, que no tengo pan, dijo la raposa.
Entonces el lobo, cuando vio que lo estaba engañando, cogió y la tiro por las pedraguizas abajo.
La raposa empezó:! Quitad, piedras y carrascos, que os mato, y poner mantas y sabanas debajo!
Pensaba la raposa que también iba a engañar las piedras y troncos de las urzes.
Pero de nada le sirvió, porque la la raposa se mato por las pedraguizas abajo.