La lógica y la ilógica de elecciones del 27 en Cataluña:
Un señor compró un cachorro de pastor alemán y su vecino un loro, éste preguntó: el perro, ¿no se comerá al loro?. El señor lo convenció diciendo: creceran juntos y seran amigos. Y así ocurrió. Hasta que en unas vacaciones, el pastor alemán apareció con el loro entre sus dientes, muerto, con signos de violencia y suciedad. El señor recordó la frase: "el perro se comerá al loro". Pronto volverían los vecinos: ¿Qué hacer?, ¿sacrificar al perro?. Finalmente decidió bañar al loro y dejarlo en su casita, para que al menos los vecinos pudiesen despedirlo. El vecino regresó y contó que el loro murió antes de irse, que lo enterró y al volver estaba muerto pero en su casita. La verdad fue que el perro cargo con la culpa y con el sufrimiento al descubrir el cuerpo. Con su dolor, lo desenterró y lo llevó a su familia
Un señor compró un cachorro de pastor alemán y su vecino un loro, éste preguntó: el perro, ¿no se comerá al loro?. El señor lo convenció diciendo: creceran juntos y seran amigos. Y así ocurrió. Hasta que en unas vacaciones, el pastor alemán apareció con el loro entre sus dientes, muerto, con signos de violencia y suciedad. El señor recordó la frase: "el perro se comerá al loro". Pronto volverían los vecinos: ¿Qué hacer?, ¿sacrificar al perro?. Finalmente decidió bañar al loro y dejarlo en su casita, para que al menos los vecinos pudiesen despedirlo. El vecino regresó y contó que el loro murió antes de irse, que lo enterró y al volver estaba muerto pero en su casita. La verdad fue que el perro cargo con la culpa y con el sufrimiento al descubrir el cuerpo. Con su dolor, lo desenterró y lo llevó a su familia