Los votos de confianza se lo tienen que dar los vecinos democráticamente, y no es el caso. Estos individuos se aprovechan de la buena fe de las personas. No avisaron ni a los que están empadronados. Imaginemos, que les importaran todos los descendientes de los demás vecinos. Digamos que seguimos con los trapicheos rompiendo toda formalidad.
Santiago, fue el más serio,él más honesto y creo que con él que menos contaron, y formo parte de aquel numero mágico de la constitución del Estatuto.
Ahora le toca pelear a sus descendientes por la formalidad de querido pueblo.
Santiago, fue el más serio,él más honesto y creo que con él que menos contaron, y formo parte de aquel numero mágico de la constitución del Estatuto.
Ahora le toca pelear a sus descendientes por la formalidad de querido pueblo.