Las tabolazas. Lindán con cañada real, monte común, (ahora monte de la junta) leira del Tío Abilio, prado de la Tía Aurora, y una esquina con mi Tío Bienvenido. Creo que la parte nuestra era de la Tía Gerarda, pero solo recuerdo que la trabajó, S. S. S y este que escribe que algo aprendió de aquel oficio. Siempre le tuve un miedo especial, no se si era porque en el momento que te descuidabas los prados se llenaban de siestas, garbanceiras, silbas y, piedras que bajaban por aquella canteira abajo con las tormentas, el miedo al lobo o aquellos bramidos salvajes de muerte:
Una vez cayó una vaca rodando y con tan mala suerte que se le engancho un cuerno debajo de la piedra grande que hay en el rigueiro, quedó atrapada boca arriba y con su propio cuerpo hizo presa en el pequeño rigueiro y se ahogo.
Entoces no había Guardia pero recuerdo que el primero en hechar una mano fué Tonis.
Una vez cayó una vaca rodando y con tan mala suerte que se le engancho un cuerno debajo de la piedra grande que hay en el rigueiro, quedó atrapada boca arriba y con su propio cuerpo hizo presa en el pequeño rigueiro y se ahogo.
Entoces no había Guardia pero recuerdo que el primero en hechar una mano fué Tonis.