Compramos energía a futuro

PADORNELO: Hola a todos que con vuestras voces rompéis el silencio...

Hola a todos que con vuestras voces rompéis el silencio de Padornelo, del cual partimos y somos parte. Que no falte el combustible que movió el eje del carro de este pueblo.

Pablo, Erasmito y Isidora que disfrutéis en vuestro pueblo, que disfrutéis con su gente.

Hace algunos años (no tan lejanos) por estas fechas de verano estaba segando la hierba.
Recuerdo mis primeros guadañazos en las tabolazas, un prado empinado con mucha ladera, rodeado de enormes abedules, carballos y piornos, que proporcionaban sombra y frescura hasta las 12 del medio día. Tenia ganas y ilusión de copiar de mi padre con la guadaña, que paso a paso iba formando un hilo de hierba caída.
Comenzamos por la parte de abajo porque me acuerdo del fracaso. No había pasado una hora ya me dolían los brazos y las hierbas se reían de mí, tenia que pasarle dos y tres veces la guadaña y seguían de pie. Mi padre con su triple trabajo, me vigilaba en silencio, afilaba las dos guadañas y no paraba de hacer surcos de hierba prado arriba. Yo me empeñaba en seguirle sin hacer caso al cansancio en los brazos, pero se despertaron a millones los mosquitos, picaban, zumbaban por todos los alrededores (era como una nube de pequeños y grandes) que me seguían por todo el prado, mi esfuerzo se basaba en dar palmadas en la cara, brazos y piernas para ahuyentarlos. Mi padre se había alejado tanto de mi que ya estaba en el pico de arriba dando los últimos guadañazos. Subí a su lado y veo otra nube de mosquitos a su alrededor que los ignora y ni siquiera se inmuta.
Como era mi primera experiencia al llegar a casa, mi madre pregunta: Y Pablo segó algo?
-No, pero mosquitos muchos mató, contestó mi padre.
Saludos.