Tendría 4 ó 5 años, y me escape corriendo por esa calle, al llegar a la carretera vi a mi abuelo Félix que venia con un carro de hierba en la puerta de José María, cruce la carretera sin mirar a nada, solo con la ilusión de abrazarle, pues los pocos años que estuvo a mi lado siempre me mimo mucho. Detrás con otro carro venia mi padre, grito varias veces! no cruces la carretera! no cruces la carretera! y en esta calle recibí mis primeras "castañas" mi padre me lo recuerda muchas veces y la verdad es que solo me acuerdo de aquella ilusión de abrazar a mi abuelo.