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PADORNELO: Sábado por la tarde: Benet, el carretero, atraviesa...

Sábado por la tarde: Benet, el carretero, atraviesa la plaza y entra en la barbería del pueblo, como cada semana. Encima de la mesilla y al lado de la estufa de cáscaras de almendras, amontonanados los díarios deportivos y los ejemplares de la "La Vanguardia". Cómo no sabe leer, jamás se le ha pasado por la cabeza ojearlos, como hacían otros en su misma situación." ¿para qué? si siempre mienten", se justificaba.
Pero aquella tarde de enero, no pudo resistirse: la fotografía de portada le llamó tan poderosamente la atención que lo hizo. Con gesto nervioso tomó el diario y remiró y remiró la instantánea de los hombres barbudos.
Ante tan novedosa e inédita actitud el barbero exclamó:
"Cojones, que poco disimulas que los tuyos han entrado en la Habana".
"Tu sigue cantando", contesto; y el barbero que sabía que por su desmidida afición a canturrear zarzuelas todo el pueblo le conocía con el mote de "Elbarbero de Sevilla", calló.
Cuando Benet, el carretero, salió bien afeitado y perfumado, pasó por la panaderia y el colmando. Compró coca de huevo y una botella de anís.
Después de cenar puso más troncos en la chimenea y extendió una manta en el suelo, delante del fuego. A la luz de las llamas invitó a su mujer a sentarse con él. Comieron y bebieron, y la noche se hizo revolucióm.
Nueve meses después al niño le pusieron FIDEL
PELETEIRO.