Tenía 15 ó 16 años. Había que ir por las vacas al "Pradobal" (es un decir) después de un mes sueltas por las sierras. ¡No hay tiempo que perder! cojo un palo "la caxata" en la salida ya están mis dos compañeros, caminamos uno detrás de otro, el primero espera al último en el alto de la "Portela" miro hacia atrás y ahí están: León, mastín blanco y Mora, perra negra. Hay tres caminos y todos nos dirigimos al mismo "Las tabolazas" al llegar a las "Baligotas" suben por el prado de la "tia Socorro" y continuo por el camino. Oigo ladrar a Mora...
¡Ya han sacado alguna corza!
Acelero el paso hasta el prado del " tío Abilio" y veo en "el lombeiro" que hay por arriba de la fuente "del calvo" un animal corriendo (mora y León detrás) Grito ¿Mora, León? ¿Mora, León? ni caso, los pierdo de vista y siento unos aullidos, echo a correr y nunca mejor dicho me meto en la boca del lobo. No veo un palmo rodeado de uces, piornos y siestas.
Me subo a una piedra de unos 10 ó 15 cm no más alta; los aullidos cada vez más cerca y más fuertes y veo unas orejas tiesas y unos ojos saltones y una boca desgarradora sentado delante mío. Se mueve y aulla, pasa rozando la piedra, no se para y continua aullando. Me quedo quieto unos 20 minutos hasta que los aullidos considero que se oyen ya lejos.
No sé como llego a las piedras del "pradobal", éstas si 2 y 3 metros; me repongo un poco del susto y tomo dirección del alto de la montaña, "los campanarios"; con dificultad subo a una piedra alta y ahí decido que dirección tomar: "Teixedelo" "Pradofoxo" ó "Portugal" (me decido por ésta última y acierto) a 200 metros están las vacas "Guinda" "El Cabestro", el toro un poco más lejos que impone cierto miedo.
Tengo que pasar por el medio, ponerme el último y contarlas, a mi paso van levantando la cabeza sigo mudo pero me facilitan el trabajo se ponen todas en marcha por donde yo habia venido, veinte veintidós veintitrés y vuelta a empezar, imposible contarlas, se mueven y se mezclan en mi cabeza los recuerdos de niño el último se lo come, el lobo por eso cuando se quedaba alguna " xata" ternera rezagada la dejaba. Cuando llego a donde me habia quedado como una estatua enfrente el lobo ya casi de noche, siento unos ruidos extraños la cabeza se me hace una piña los pelos de punta no quiero mirar para atrás; sé que soy el último pero miro y recupero el habla! león y mora! babeando media lengua fuera y mojados de sudor.
barcelona 18 marzo 2008 pablo silva
¡Ya han sacado alguna corza!
Acelero el paso hasta el prado del " tío Abilio" y veo en "el lombeiro" que hay por arriba de la fuente "del calvo" un animal corriendo (mora y León detrás) Grito ¿Mora, León? ¿Mora, León? ni caso, los pierdo de vista y siento unos aullidos, echo a correr y nunca mejor dicho me meto en la boca del lobo. No veo un palmo rodeado de uces, piornos y siestas.
Me subo a una piedra de unos 10 ó 15 cm no más alta; los aullidos cada vez más cerca y más fuertes y veo unas orejas tiesas y unos ojos saltones y una boca desgarradora sentado delante mío. Se mueve y aulla, pasa rozando la piedra, no se para y continua aullando. Me quedo quieto unos 20 minutos hasta que los aullidos considero que se oyen ya lejos.
No sé como llego a las piedras del "pradobal", éstas si 2 y 3 metros; me repongo un poco del susto y tomo dirección del alto de la montaña, "los campanarios"; con dificultad subo a una piedra alta y ahí decido que dirección tomar: "Teixedelo" "Pradofoxo" ó "Portugal" (me decido por ésta última y acierto) a 200 metros están las vacas "Guinda" "El Cabestro", el toro un poco más lejos que impone cierto miedo.
Tengo que pasar por el medio, ponerme el último y contarlas, a mi paso van levantando la cabeza sigo mudo pero me facilitan el trabajo se ponen todas en marcha por donde yo habia venido, veinte veintidós veintitrés y vuelta a empezar, imposible contarlas, se mueven y se mezclan en mi cabeza los recuerdos de niño el último se lo come, el lobo por eso cuando se quedaba alguna " xata" ternera rezagada la dejaba. Cuando llego a donde me habia quedado como una estatua enfrente el lobo ya casi de noche, siento unos ruidos extraños la cabeza se me hace una piña los pelos de punta no quiero mirar para atrás; sé que soy el último pero miro y recupero el habla! león y mora! babeando media lengua fuera y mojados de sudor.
barcelona 18 marzo 2008 pablo silva