Estas
fotos me han devuelto a mi infancia y adolescencia, que pasé en este precioso
pueblo, para mí idealizado, además, por el transcurrir del tiempo. He reconocido
rincones y
plazas, los
tejados por los que tanto trepé de
pequeña, la
fuente a la que subía una y otra vez para bajar resbalando, el
río tan frío y cristalino en el que aprendí a nadar, la
iglesia en la que recitábamos poemas durante el mes de mayo, incluso la misma
casa en la que viví diez años... Demasiados recuerdos emocionados que
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