DESDE O ALTO DAS VALIñAS, CON AMOR
Castilla, clerical e inquisidora, perpetuando el derecho de pernada, el Señor Feudal sigue campando a sus anchas. Anclada en el
medievo, pocas cosas han cambiado desde entonces, o más bien ninguna.
¿Cómo pretendes que abracemos tu
bandera, tantos como a tus manos hemos sufrido el destierro de nuestro
valle?
¿Cómo pretendes convertirte en madre de alguien a quien jamás has amamantado? Porque, cuando deberías hacerlo, nos dejaste olvidados, mientras te acicalabas
... (ver texto completo)