Dice la canción: Era tan poco en la vida, tampoco que nada era. Allí no había ni clarines ni mujeres ataviadas con manton de Manila. Estaban en la noche el campo, las Encinas, el toro colorao, y enfrente un niño muy hombre que le late el corazón desbocado. En su mente, un montón de sueños y ganas de pisar el albero. Testificando, abajo el silencio y en lo alto la luna llena. El muchacho cita al toro de frente. Como se hacen las cosas de verdad. No le teme a nada, ni a la muerte que está acomodada ... (ver texto completo)