FUENTESAUCO: IRENE GÓMEZ Cosecha histórica. El garbanzo de Fuentesaúco...

IRENE GÓMEZ Cosecha histórica. El garbanzo de Fuentesaúco no había vivido un episodio semejante desde su reconocimiento como IGP (Indicación Geográfica Protegida) en el año 2003. Por primera vez se han alcanzado producciones medias que rondan los 800 kilos por hectárea, el doble que hace cinco años.

Las plusmarcas no terminan ahí. Las hectáreas inscritas en la IGP prácticamente se ha duplicado desde la campaña anterior -se ha pasado de 348 en 2009 a las 657 de este año, casi cuadriplicando los datos de hace un lustro- y eso ha tenido una consecuencia directa en el aumento de productores, este año 74, casi el doble que hace cinco años.

¿Qué ha pasado para que se haya producido tal renacimiento de la legumbre más insigne del campo zamorano?. Dos factores fundamentales. En los buenos datos de producción el único o prácticamente más importante factor que puede influir: la climatología. «Ha llovido en invierno, que es lo que se necesita, y ha venido una buena primavera», apunta Ángel Calleja, presidente del Consejo Regulador. La legumbre tampoco ha tenido enfermedades, con lo que se ha conseguido «un buen calibre», apostilla Nicolás Armenteros, gerente de la IGP, quien sólo pone un «pero» a tan extraordinaria campaña; «si no hubiera hecho tanto calor en julio incluso hubiera sido un poco más grande».

Y otro de los factores determinantes en el balance tan positivo de este año ha sido la aprobación de una ayuda al fomento de la calidad de las legumbres, que rondará los 70 euros por hectárea y que está garantizada al menos durante los próximos tres años. Una medida largamente demandada por los agricultores y que por fin este año llegará a los bolsillos del productor, que consigue así obtener una rentabilidad por la siembra del garbanzo. «Hemos realizado reiteradas peticiones desde el Consejo porque las primas eran escasas y después de años de lucha al final hemos conseguido esa pequeña ayuda».

«Desde luego esta medida ha estimulado la inscripción de los productores en el Consejo Regulador», apunta Armenteros, ya que la condición para beneficiarse de la subvención es estar bajo el amparo de una marca de calidad. Se ha pasado así de los 38 agricultores inscritos en la IGP garbanzo de Fuentesaúco en la campaña de 2009 a los 74 actuales.

Unos datos que, según Nicolás Armenteros, «nos sitúan ante el mejor año desde que empezó la IGP. Si normalmente andábamos en torno a las 130-150 toneladas por hectárea, este año rondaremos las seiscientas». Lo que significa que hay mucho más producto para sacar al mercado. «No nos habíamos encontrado nunca con tanta producción, se están empezando a comercializar y vamos a ver cómo va el mercado». Una de las incógnitas es el precio que pueden pagar las envasadoras. «Cuando hay más oferta el precio se resiente», advierte el gerente de la IGP. «El que rige es el mercado y nunca nos va a dejar satisfechos». Y aunque admite que puede haber «impaciencia» en los productores, también señala que se trata de un producto imperecedero que puede durar holgadamente dos años sin que sufra una merma en la calidad.

El temor de Ángel Calleja es el retraimiento de la demanda de los productos de calidad en beneficio de marcas mucho más baratas, en muchos casos importadas. «Con la crisis la gente mira más la peseta y se tira más del garbanzo y en general de todos los productos que entran de fuera, aunque no tiene ni mucho menos tienen la calidad de los nuestros».

Ese sello de garantía sitúa al garbanzo de Fuentesaúco en tiendas «delicatessen» y cadenas de supermercados que operan en todo el territorio nacional. «Madrid y la zona norte son zonas muy buenas para comercializar el producto», apunta Nicolás Armenteros.

La venta a granel permanece como problema secular de la Marca de Garantía Garbanzo de Fuentesaúco. Son miles los kilos de legumbre que salen al mercado bajo el sello de calidad sin estar certificado. Una práctica fraudulenta contra la que el Consejo Regulador ha venido luchando, hasta el momento sin demasiado éxito. «Estamos hartos de denunciarlo y de mandar cartas al Ministerio para que se intente acabar con estas prácticas», indica el presidente del Consejo Regulador de la IGP. La preocupación es tal que Ángel Calleja no duda en situar el uso fraudulento del producto como «el mayor problema para sacar la producción». Para aclarar cualquier confusión y falsas procedencias, desde el Consejo se recuerda que el Garbanzo de Fuentesaúco sólo se vende envasado y con el logotipo específico de la marca de garantía, así como la contraetiqueta numerada del Consejo Regulador.

Otro de los objetivos que se persiguen los productores es la unificación de la semilla de tal forma que todos los cultivadores siembren una variedad única. «Eso contribuiría a mejorar la imagen del garbanzo».