FERMOSELLE: IRENE GÓMEZ, FERMOSELLE « ¿Dónde está el agua, alcalde?»....

IRENE GÓMEZ, FERMOSELLE « ¿Dónde está el agua, alcalde?». Fermoselle explotó. Un día entero sin agua, más los cortes intermitentes de la semana anterior (hasta siete horas el día 18), rebasaron la paciencia de muchos vecinos que ayer protagonizaron una insólita jornada de protesta. Comenzó por la mañana con una espontánea cacerolada, nacida en el barrio de Santa Colomba para desembocar en la Plaza Mayor, donde los manifestantes intentaron literalmente «tomar» el Ayuntamiento para exigir soluciones al alcalde, Manuel Luelmo. Y prosiguió por la tarde con una nueva manifestación que incluso llevó a los gobernantes locales a suspender el tradicional asado con el que cierran las fiestas patronales de San Agustín. «No se atreve porque sabe que la vamos a liar», decía una vecina en referencia al alcalde. No estaba el ambiente para reuniones festivas. Con casi dos días ya sin ver gota de agua en el grifo de lo que menos querían hablar los vecinos era de fiesta.

Por eso, cuando hacia las seis de la tarde se anunciaba por megafonía la suspensión del asado, la carcajada fue general. Decenas de vecinos se iban agrupando para presentarse en la plaza de toros; algo se deberían oler desde el Ayuntamiento, de modo que al final tuvieron que hacerlo de nuevo entre las talanqueras de la Plaza Mayor. Hacía solo unas horas que muchas de esas personas habían protagonizado la primera protesta que obligó al regidor a dar explicaciones por la falta de agua desde las siete de la mañana del día anterior, el martes. Pero tal fue el grado de tensión que se vivió en las inmediaciones de la Casa Consistorial que se requirió la presencia de varios agentes de la Guardia Civil, intentando aplacar a los furiosos manifestantes que gritaban al unísono «Alcalde dimisión». Llevaban más de 24 horas sin agua y la paciencia se había acabado. Las explicaciones de Luelmo justificando la falta de agua por una avería en la bomba de la presa de Almendra, desde donde se abastece al pueblo de Fermoselle, no convencían a los manifestantes. «Queremos que se arregle ya, no hay quien aguante tantas horas sin agua, con niños, con personas mayores, en medio de las fiestas con las casas llenas de gente. Esto no hay quien lo aguante».

Los bares pagaron también las consecuencias, obligados algunos a servir las bebidas en vasos de plástico y hacer el café en el termo. O los hostales y restaurantes, algunos ayer sin poder dar comidas. Y los alojamientos vieron cómo algunos clientes aceleraron la salida al no poder darse una ducha. También se fueron veraneantes antes de tiempo, como constataron algunas personas que fueron a protestar a la plaza. «Mis hijos han tenido que ir a lavarse a Formariz», decía otra afectada. «Yo he tenido que ir a por agua a kilómetro y medio a sacarlo de un pozo», expresaba otro.

Los ánimos ya venían exaltados del día anterior (el martes) después de que los fermosellanos se levantaran con la desagradable sorpresa de no tener agua en casa. «Han tenido para regar la plaza en la novillada y ni siquiera se han dignado a mandar una cisterna a los vecinos; pero es que encima hoy por la mañana (por ayer) han estado regando la plaza otra vez».

La realidad es que las primeras cisternas llegaron a Fermoselle hacia el mediodía de ayer, después de que el alcalde reclamara de forma urgente a la Diputación el abastecimiento en los barrios de Las Eras, la plazuela de Santa Colomba y el Alto del pueblo. ¿Por qué se ha tardado tanto?. «Iberdrola nos aseguró que el martes las bombas estaban arregladas y hemos pensado que el problema se iba a solucionar de inmediato», explicaba ayer el alcalde, confirmando así lo que también ratificó Iberdrola a este periódico, que la avería estuvo ocasionada por la rotura de una bomba, que ayer ya estaba repuesta con una nueva. Sin embargo la normalidad en el abastecimiento podía tardar porque «las puntas de consumo siguen siendo elevadas y las bombas no dan a basto». La realidad era que ayer por la tarde el pueblo seguía sin agua y los ánimos cada vez más caldeados».

Todo ello a pesar de que Manuel Luelmo había asegurado por la mañana a los vecinos que el servicio se respondía en cuestión de horas. Antes el regidor había tenido que soportar a los enfurecidos vecinos, un episodio nuevo para él. «En 18 años me faltaba sólo por conocer esto o que me pille una vaca», expresaba en un intento de limar la tensión vivida.

Un momento que también presenció la portavoz socialista en el Ayuntamiento de Fermoselle, Teresa Peña, quien intentó aplacar a los vecinos no sin llevarse algún desplante. Peña indicó a este diario, que «ya veníamos advirtiendo al alcalde el problema que podía haber con el agua, entre otras cosas porque se han dado acometidas a zonas rústicas, han regado los huertos y luego no hay agua para las casas». La edil conminó a los hosteleros y todas las personas perjudicadas a «reclamar responsabilidades al Ayuntamiento y si ése tiene que pedírselas a Iberdrola que lo haga».