Ofertas de luz y gas

EL PIÑERO: Amanecía la mañana con suave brisa fresca, esa que...

Amanecía la mañana con suave brisa fresca, esa que tantas veces soñaron los segadores. Por el sonido del motor de los primeros todoterreno que se aproximaban al lugar, alzaron el vuelo media docena de avutardas. Los campos comenzaban a despertar, pues aquellos vehículos anunciaron que volvería a suceder el acontecimiento extraordinario de la suelta de dos utreros. Todos los caminos eran válidos para agruparse en el inmenso círculo y zonas adyacentes. Las herraduras de los caballos golpean los cantos de la zahorra del camino. Motos Guasch y vehículos de toda índole, algunos venidos desde varios cientos de kilómetros están en formación. Los más cautos bastante más alejados, cada uno desde la zona que cree mas oportuno contemplar el espectáculo. Las avutardas ya picotean en la rastrojera de otra loma alejada del bullicio, cuando le dan suelta. Muy encantados de buenas hechuras uno de ellos cornidelantero y cárdeno de pelaje. El segundo en pisar los campos de El Piñero cornigacho cardeno claro axíblanco y caricano, con fuerza y ambos con buena y bonita estampa. El rugir de los motores, el polvo, el miedo a los toros se hacen dueños de los campos resecos. Cada cual puede tener su opinión particular. Que cada año sea mayor la afluencia de la gente es la opinión colectiva.