Un año más cuando comienza a rayar el sol por Valdeáguila, el repique de campanas hace que se lance en vuelo la cigüeña. En pocos días partirán hacia tierras lejanas. Con un brillo especial el sol, saluda a la silueta de las edificaciones de El Piñero. También a los madrugadores que hacen teñir las campanas anunciando la celebración de la festividad de Santa María Magdalena. Ya en lo alto el sol, y la cigüeña en su nido. Serán testigos de la procesión en honor a la patrona. Al dar la vuelta a la plaza la gente con sus mejores galas. Pisan sobre el suelo donde hace unos cien años, corneo un toro a "Perules" Maletilla que dicen que llevaba la cartera llena, por venir de familia acaudalada. Compañero de época y en algunos casos también de fatigas, "El Poto" Cuentan de él, que ponía banderillas al quiebro como nadie. En este caso la cartera vacía de monedas. Llena de ilusiones, las cuales conservó hasta su ancianidad cuando paseaba por las calles de la Zamora amurallada. En ese mismo suelo cerca de la esquina hacia la salida del depósito dio unos muletazos el "Mono" al toro Mogón. Tiempo después y con mucha vicisitudes en las espaldas, sería el maestro Andrés Vázquez. La procesión vuelve a la Iglesia para que las gentes del pueblo siga inmersos en la celebración de sus fiestas.
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