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EL PIÑERO: Noches de dolor y recogimiento. En Málaga, espectacular...

Noches de dolor y recogimiento. En Málaga, espectacular el Cristo de los Legionarios. La Virgen de la Macarena, en Sevilla, entre cirios y grandeza. Zamora, la bien cercada, recibe el día de Viernes Santo con el baile del Cinco de Copas, cuando la gente todavía siente en su mente el cántico del Miserere. En un pueblo perdido, quizás este, el nuestro, es larga y silenciosa la noche. En un altar, la Virgen del Rosario, con su manto negro. En otro, es la Virgen de los Dolores que llora, teniendo en su regazo el cuerpo de su hijo muerto. El silencio de la noche es roto por un Niño Jesús que se halla en un pequeño altar, al lado de San Antonio. El Niño baja de su altar, camina despacio entre los bancos de la iglesia. En las casas del pueblo dormitan sus gentes. Por las calles, en la noche, fantasmagóricamente va el Carracón, con su ronco sonido anunciando la muerte de Cristo. El Niño Jesús, en la oscuridad de la iglesia, se acerca al altar donde está su madre, atormentada por el dolor de tener en sus brazos a Cristo, su hijo muerto. El Niño Jesús lleva un pequeño paño en sus manos y enjuga las lágrimas que corren por la mejilla de la Virgen de los Dolores.