EL PIÑERO: Era una fría tarde de enero, como la calle estaba cubierta...

Era una fría tarde de enero, como la calle estaba cubierta de nieve. No se podía salir a jugar al parque, y por ello. Vera estaba enfadada. Su abuela le dijo. No te preocupes, vamos a recoger el nacimiento. Vera, se acercó a él. Para contemplar una vez mas, aquella figuritas que tanto le llamaba la atención. Sobre todo, aquel burrito que iba cargado con sandías. Ella, aunque tenía solo siete años, sabía que en su pueblo no había sandías en el invierno. Pero como el niño Jesús nació muy lejos, allí seguro que sí. ¡Chuz! ¡Chuz! Vera, se sorprendió al escochar aquello. -Niña, soy yo. Aquel burrito la miraba y le decía que era él, el que la estaba llamando. Como es que me hablas, si eres una figurita del nacimiento. Le preguntó Vera. No tengo tiempo de explicártelo dijo la figurita.
Cogeme, y escóndeme en algún sitio, no quiero que me guarden en esa caja con las demás cosas del nacimiento. Vera aunque sorprendida, cogió al Burrito que iba cargado con el serón de sandías. Donde los esconderé, se preguntó Vera....