EL PIÑERO: Me encanta, muchísimas gracias por volver a deleitarnos...

En la sierra se escuchaba cómo un pito carpintero martilleaba sobre el tronco de un árbol. Un mirlo corría y picoteaba aquí y allá, mientras un ruinseñor posado en unas zarzas derramaba sus trinos en aquel entorno, una oropéndola buscaba la mejor rama para colgar su nido. La gineta después de una noche de caza regresaba al hueco del viejo roble. Las aguas frías y cristalinas del regato el Cuco bajaban cantando al nuevo día de final de marzo. No lejos de allí, al lado de una peña entre jaras y romeros una cierva se retorcía con dolores de parto, no era la primera vez, ni la segunda, pero el dolor era intenso, hasta que su nuevo retoño llego a este mundo. Húmeda y resbaladiza estaba sobre las hojas secas de los robles, entre jaras y romeros aquella nueva vida. El ruiseñor seguía trinando, las aguas donde tantas veces abrevarian incluida la hija de la cierva, bajaban cantando.

Me encanta, muchísimas gracias por volver a deleitarnos leyendole, sin proponérselo a traído a mi mente recuerdos muy emotivos, un saludo.