EL PIÑERO: Lo estarás diciendo en broma, claro....

En lugar de dedicarle una calle al siniestro personaje se la podían haber dedicado a la maestra Dª Juana Casaseca, compañera de Dº. Esteban del Estal en el pueblo de aguas arriba durante muchos años y que enseñó a leer y escribir a toda una generación de mujeres del pueblo.

La plataforma Patriótica Millan Astray”, se escuda de nuevo en las valoraciones de esta asociación para alegar que Millan Astray "no es un padre de la patria, es un soldado ejemplar y un hombre cercano a los pobres y excluidos” y lo desvincula de la guerra civil y la dictadura, a pesar de la evidencia histórica de su participación en el régimen.

Que se permitan el lujo de ver normal tener a un fascista en su callejero, y que la ley en vigor desde 2007 no tenga instrumentos para obligarle demuestra, en primer término lo enferma que está nuestra sociedad para mantener este nombre y que no suponga un escándalo mundial (como sería tener en Alemania una calle dedicada a un gerifalte nazi), y por otra, que la ley ha de modificarse seriamente, e incluir plazos para obligar a su cumplimento, y un régimen sancionador claro para quien la incumpla. A muchos nos avergüenza que continúen existiendo en el Estado Español calles con nombres de siniestros personajes.

(Artículo copiado y dulcificado para no herir la sensibilidad de los responsables)

Madrid restituye el nombre de la calle General Millán Astray tras una sentencia que desvinculó al militar de la exaltación de la dictadura.
A ver si tomamos ejemplo de Madrid:

Lo estarás diciendo en broma, claro.
Pues hala, venga, para atrás como el cangrejo.
Estos de Atapuerca en Madrid aprovechan agosto para hacer su agosto.

JUSTA FREIRE: NO AL OLVIDO.

La calle dedicada en Madrid a la profesora Justa Freire, ha sido sustituida por el nombre de un representante del fascismo. (Millán Astray).

Madrid ha anulado esta designación haciendo eco de prepotencia, injusticia, e inhumanidad. Sale a flote la condición arcaica, obsoleta y retrógrada de sus dirigentes.

Recordar la vida de esta mujer es un ejemplo de dignidad.

JUSTA FREIRE (1896-1965), natural de Moraleja del vino, maestra y pedagoga española.
Diplomada en nuestro país, incrementó sus estudios en varios países europeos.

Sus métodos de enseñanzas se basaban en la tolerancia, el diálogo, y la escucha de sus alumnos. Potenciaba al máximo las capacidades de adaptación y preferencias de los más pequeños, fomentaba el pensamiento libre, crítico y organizativo de cada estudiante.

Durante la Guerra civil fue destinada a Valencia donde convivía con niños evacuados y otros docentes. Su misión era trasladar un ambiente lo más familiar posible, y que los niños siguiesen formándose a pesar de la dura contienda.
Llegó a ser Delegada Nacional de la Infancia Evacuada.

Después de la guerra fue detenida y encarcelada, su condición republicana y sus progresos educativos fueron objeto de repulsa de la represión franquista.

Durante su estancia en prisión, siguió desarrollando su oficio. Ejerció de maestra para mujeres encarceladas, frenó la analfabetización de muchas de ellas, y organizó talleres de lectura y canto.

En 1941 fue puesta en libertad, el régimen le organizó un proceso de depuración, pero al igual que otros trabajadores de su gremio, fueron sometidos a precariedades y solo podían dar clases de manera particular. Hasta casi dos décadas después no pudo volver a ejercer como maestra activa en un colegio británico.

La historia de nuestra ilustre zamorana Justa tiene que rular por todas partes, su legado y su trayectoria tiene que ser conocida por la sociedad actual. Olvidar es condenar a la vida a una decadencia.