Publicado en la revista SABARIA:
DOMINGO DE RESURRECCIóN: Dos procesiones inauguraban este último día de la Semana Santa de aquellos años algo lejanos, pero que perduran vivos en las mentes de aquellos que la vivieron y sintieron.
En aquel tiempo no ha´bía "paso" de Cristo resucitado y su lugar lo ocupaba un Niño Jesús; la Virgen enlutada salía al reencuentro de su hijo. Los jhombres y mozos del pueblo acompañaban al Niño, y su madre era acompañada por las mujeres y jóvenes del pueblo. Las mujeres le quitan el velo negro y se descubría su cara con un velo blanco. El sacerdote bendecía las imágenes concluyendo así la procesión y acudiendo a la Iglesia para oir la misa solemne cantada.
Por la tarde volvía la llegada de la cita con las verbenas que continuarían todo el año.
Por ASUN MARTíN.
DOMINGO DE RESURRECCIóN: Dos procesiones inauguraban este último día de la Semana Santa de aquellos años algo lejanos, pero que perduran vivos en las mentes de aquellos que la vivieron y sintieron.
En aquel tiempo no ha´bía "paso" de Cristo resucitado y su lugar lo ocupaba un Niño Jesús; la Virgen enlutada salía al reencuentro de su hijo. Los jhombres y mozos del pueblo acompañaban al Niño, y su madre era acompañada por las mujeres y jóvenes del pueblo. Las mujeres le quitan el velo negro y se descubría su cara con un velo blanco. El sacerdote bendecía las imágenes concluyendo así la procesión y acudiendo a la Iglesia para oir la misa solemne cantada.
Por la tarde volvía la llegada de la cita con las verbenas que continuarían todo el año.
Por ASUN MARTíN.
