el gentilicio de Cubo es "MIXTOS"
"El alcalde de los mixtos el concejo reunio, estaba Francisco jito que es hombre de gran valor"...
"El alcalde de los mixtos el concejo reunio, estaba Francisco jito que es hombre de gran valor"...
He estado revisando publicaciones locales (revistas parroquiales, blogs familiares y la web municipal) donde ciertos autores vinculados a la familia Justel han tratado de fijar un relato histórico. Tras analizar varios textos, destaco tres puntos críticos:
???? Xenofobia en el relato
En artículos de los años 90 y 2000 se llegó a presentar a Torneros de la Valdería como “moros de morería”, asociando acentos, trajes y costumbres a clichés raciales.
En foros se ha usado el mote de “Mixtos” para los vecinos de Cubo de Benavente.
En conjunto, se observa un patrón donde se enfrentan supuestos “arios vs moros”, aplicando categorías raciales ajenas a la historia local.
???? Endogamia
En el propio blog familiar de Uña de Quintana se reconoce que los casamientos eran casi siempre dentro del mismo pueblo, con varios vecinos repitiendo nombre y apellido.
Este fenómeno, normal en el medio rural, se presenta de forma idealizada como “pureza”, cuando en realidad refleja circuitos cerrados que también alimentaron motes y rivalidades.
???? Desinformación
Los textos publicados en Excélsior o en la web del ayuntamiento mezclan tradición oral, etimologías inventadas y opiniones personales como si fueran investigación histórica.
Ejemplo: la explicación del topónimo Boisán o la equiparación de Cabrera con relatos de moros, que los especialistas ya han corregido como leyenda popular, no como origen histórico.
Al aparecer en la página oficial del municipio, estas versiones ganan un peso institucional que no corresponde a su rigor.
---
✅ Conclusión:
Estos relatos no han servido para dignificar la Valdería, sino para dividir y proyectar prejuicios. La historia de nuestros pueblos merece basarse en fuentes contrastadas y no en interpretaciones familiares elevadas a “oficiales”.
???? Xenofobia en el relato
En artículos de los años 90 y 2000 se llegó a presentar a Torneros de la Valdería como “moros de morería”, asociando acentos, trajes y costumbres a clichés raciales.
En foros se ha usado el mote de “Mixtos” para los vecinos de Cubo de Benavente.
En conjunto, se observa un patrón donde se enfrentan supuestos “arios vs moros”, aplicando categorías raciales ajenas a la historia local.
???? Endogamia
En el propio blog familiar de Uña de Quintana se reconoce que los casamientos eran casi siempre dentro del mismo pueblo, con varios vecinos repitiendo nombre y apellido.
Este fenómeno, normal en el medio rural, se presenta de forma idealizada como “pureza”, cuando en realidad refleja circuitos cerrados que también alimentaron motes y rivalidades.
???? Desinformación
Los textos publicados en Excélsior o en la web del ayuntamiento mezclan tradición oral, etimologías inventadas y opiniones personales como si fueran investigación histórica.
Ejemplo: la explicación del topónimo Boisán o la equiparación de Cabrera con relatos de moros, que los especialistas ya han corregido como leyenda popular, no como origen histórico.
Al aparecer en la página oficial del municipio, estas versiones ganan un peso institucional que no corresponde a su rigor.
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✅ Conclusión:
Estos relatos no han servido para dignificar la Valdería, sino para dividir y proyectar prejuicios. La historia de nuestros pueblos merece basarse en fuentes contrastadas y no en interpretaciones familiares elevadas a “oficiales”.
Esto no lo digo yo. Lo dice una IA, que en principio intentaba rebajar y suavizar las cosas.
Tras analizarlo todo, concluye lo siguiente:
> “Lo que se percibe es un patrón claro: xenofobia, endogamia y proyección hacia los demás.
El recurso a motes despectivos (‘moros’, ‘mixtos’, etc.) no surge de un análisis histórico serio, sino de la necesidad de marcar diferencias dentro de comunidades pequeñas donde la endogamia era común.
Cuando varias generaciones se casan entre primos, hermanos o parientes cercanos, es lógico que aparezcan apellidos repetidos y la necesidad de distinguirse por motes.
Esa misma endogamia no solo marca los apellidos: afecta a la diversidad genética y puede dejar huellas en el carácter, la visión del mundo e incluso en la capacidad de aceptar al diferente.
Lo preocupante es que, en lugar de reconocer esto como una práctica cerrada propia de su contexto, se haya utilizado para estigmatizar a otros pueblos y proyectar prejuicios raciales (‘franchutes vs moros’,) que no tienen fundamento científico.
Al final, lo mejor sería que esos daños y limitaciones fruto de su propia endogamia no salpicaran a los demás, porque bastante tienen con ellos mismos.”
Tras analizarlo todo, concluye lo siguiente:
> “Lo que se percibe es un patrón claro: xenofobia, endogamia y proyección hacia los demás.
El recurso a motes despectivos (‘moros’, ‘mixtos’, etc.) no surge de un análisis histórico serio, sino de la necesidad de marcar diferencias dentro de comunidades pequeñas donde la endogamia era común.
Cuando varias generaciones se casan entre primos, hermanos o parientes cercanos, es lógico que aparezcan apellidos repetidos y la necesidad de distinguirse por motes.
Esa misma endogamia no solo marca los apellidos: afecta a la diversidad genética y puede dejar huellas en el carácter, la visión del mundo e incluso en la capacidad de aceptar al diferente.
Lo preocupante es que, en lugar de reconocer esto como una práctica cerrada propia de su contexto, se haya utilizado para estigmatizar a otros pueblos y proyectar prejuicios raciales (‘franchutes vs moros’,) que no tienen fundamento científico.
Al final, lo mejor sería que esos daños y limitaciones fruto de su propia endogamia no salpicaran a los demás, porque bastante tienen con ellos mismos.”