S. RAMOS La comarca de Tierra del Vino ha contado a lo largo de su historia con siete hospitales y hospederías destinadas a dar asistencia al peregrino y a la atención de personas con bajos ingresos, todos ellos ubicados a lo largo de los cerca cuarenta kilómetros de la Vía de la Plata que discurre por Villanueva de Campeán, Corrales, Casaseca de Campeán, El Perdigón y sobre todo Morales del Vino, que contó con tres establecimientos: el Hospital de San Tirso, el de la Asunción y la Hospedería de la Ermita del Cristo.
Entrando desde el sur, la primera localidad con hospedería fue Villanueva de Campeán. Según recoge el libro sobre la Historia Hospitalaria de la Vía de la Plata editado por el Rotary Club, «tenemos noticias de la existencia de una hospedería en el antiguo convento franciscano de la localidad, fundado en el siglo XIII sobre un emita anterior, aunque otras fuentes datan su origen en el año 1406. La misión de estos centros era la atención a los peregrinos del Camino de Santiago. En el Catastro de Ensenada de 1756 ya no aparece el Monasterio de El Soto y posteriormente fue afectado por desamortizaciones y destruido progresivamente».
Corrales siempre tuvo una importancia capital en la ruta de los viajeros del sur. El Diccionario de Madoz, de hecho, indica que «pasa por el pueblo el camino más frecuentado de los arrieros andaluces y extremeños que transitan a Galicia, siguiendo con poca desviación la famosa ruta militar de los romanos, llamada Camino de la Plata». Para atender a estos transeúntes se fundó lo que el Censo de la Ensenada describe como «un hospital que se intitula de Nuestra Señora de la Asunción, y sirve para recoger a los pobres pasajeros cuya renta se compone de seis cargas de trigo, seis de cebada, y ciento y ochenta reales en dinero de la renta de diferentes fueros perpetuos».
El autor del capítulo, el zamorano José Crespo González señala que este texto, de mediados del siglo XVIII deja entrever la antigüedad del hospital, que fundó la Cofradía de Nuestra Señora del Hospital. Según José Muñoz Miñambres el hospital se llamaba de Nuestra Señora de la Calzada y se ubicaba en la dependencia de la parroquia de la Magdalena. Una hospitalera atendía este centro, a cambio de carga y media de trigo. Asistía al hospital un barbero, que en un tiempo fue Benito Mayalde, quien cobraba doce reales anuales por su trabajo. Hasta el año 1930 subsistió el hospital, aunque ya en manos municipales.
En Casaseca de Campeán el Censo de Ensenada relata que «hay un hospital que le fundó el bachiller Juan López en el año de mil quinientos y doce para recoger Pobres Viandantes, y consiste su renta en doscientos y seis reales de diferentes fueros y siete fanegas de trigo». Poco más se sabe de este hospital que debió perdurar hasta finales del siglo XVIII o principios del XIX. Tampoco se conocen demasiados datos del Hospital de San Bartolomé, de El Perdigón, que aparece en el Censo de Ensenada de 1756 y que «para recoger los enfermos caminantes y se mantiene de limosna». En el listado de Madoz de 1844 ya no aparece el hospital.
Pero sin duda es Morales del Vino el pueblo con mayor tradición hospitalaria de la comarca. En el Censo de Ensenada se da cuenta de dos hospitales: El de San Tirso, para hombres, que se mantenía de cinco cargas de trigo y cebada de la renta de unas tierras y el de Nuestra Señora de la Asunción, para mujeres, que se sustentaba con las limosnas.
Francisco López, cura de Morales de 1488 a 1506 dejó instituida y dotada en su testamento la capellanía de Santa María del Postigo y el Hospital de San Tirso y la cofradía del mismo nombre para la administración de ambos. En 1597 existe constancia de la existencia de este hospital que al parecer estaba situado en el edificio que hoy es el Ayuntamiento. Los cofrades tenían, entre otras obligaciones, la de atender el hospital. En este había cuatro camas, dos para los clérigos y estudiantes y dos para los pasajeros pobres. «Tendrá el dicho hospital un cirujano asalariado, que asista a los pobres que se hallan enfermos y no se puedan mandar al lugar más cercano según es costumbre». La cofradía tenía un número cerrado de doce hermanos, que «han de ser conocidos, hijos del lugar o hijos de cofrades, de la primera representación del lugar y de los empleos honrosos del pueblo». El hospital subsistió al menos hasta 1910.
Paralelamente al hospital de San Tirso existió en Morales otra institución caritativa, el Hospital de la Asunción. No se sabe ni la fecha de su fundación ni su ubicación exacta.
Finalmente, en el lado sur de la Ermita del Cristo se levantaban la casa del ermitaño y la Hospedería, se supone que para atender a lo pobladores de la comarca que se acercaban hasta el templo a venerar al Cristo.
Entrando desde el sur, la primera localidad con hospedería fue Villanueva de Campeán. Según recoge el libro sobre la Historia Hospitalaria de la Vía de la Plata editado por el Rotary Club, «tenemos noticias de la existencia de una hospedería en el antiguo convento franciscano de la localidad, fundado en el siglo XIII sobre un emita anterior, aunque otras fuentes datan su origen en el año 1406. La misión de estos centros era la atención a los peregrinos del Camino de Santiago. En el Catastro de Ensenada de 1756 ya no aparece el Monasterio de El Soto y posteriormente fue afectado por desamortizaciones y destruido progresivamente».
Corrales siempre tuvo una importancia capital en la ruta de los viajeros del sur. El Diccionario de Madoz, de hecho, indica que «pasa por el pueblo el camino más frecuentado de los arrieros andaluces y extremeños que transitan a Galicia, siguiendo con poca desviación la famosa ruta militar de los romanos, llamada Camino de la Plata». Para atender a estos transeúntes se fundó lo que el Censo de la Ensenada describe como «un hospital que se intitula de Nuestra Señora de la Asunción, y sirve para recoger a los pobres pasajeros cuya renta se compone de seis cargas de trigo, seis de cebada, y ciento y ochenta reales en dinero de la renta de diferentes fueros perpetuos».
El autor del capítulo, el zamorano José Crespo González señala que este texto, de mediados del siglo XVIII deja entrever la antigüedad del hospital, que fundó la Cofradía de Nuestra Señora del Hospital. Según José Muñoz Miñambres el hospital se llamaba de Nuestra Señora de la Calzada y se ubicaba en la dependencia de la parroquia de la Magdalena. Una hospitalera atendía este centro, a cambio de carga y media de trigo. Asistía al hospital un barbero, que en un tiempo fue Benito Mayalde, quien cobraba doce reales anuales por su trabajo. Hasta el año 1930 subsistió el hospital, aunque ya en manos municipales.
En Casaseca de Campeán el Censo de Ensenada relata que «hay un hospital que le fundó el bachiller Juan López en el año de mil quinientos y doce para recoger Pobres Viandantes, y consiste su renta en doscientos y seis reales de diferentes fueros y siete fanegas de trigo». Poco más se sabe de este hospital que debió perdurar hasta finales del siglo XVIII o principios del XIX. Tampoco se conocen demasiados datos del Hospital de San Bartolomé, de El Perdigón, que aparece en el Censo de Ensenada de 1756 y que «para recoger los enfermos caminantes y se mantiene de limosna». En el listado de Madoz de 1844 ya no aparece el hospital.
Pero sin duda es Morales del Vino el pueblo con mayor tradición hospitalaria de la comarca. En el Censo de Ensenada se da cuenta de dos hospitales: El de San Tirso, para hombres, que se mantenía de cinco cargas de trigo y cebada de la renta de unas tierras y el de Nuestra Señora de la Asunción, para mujeres, que se sustentaba con las limosnas.
Francisco López, cura de Morales de 1488 a 1506 dejó instituida y dotada en su testamento la capellanía de Santa María del Postigo y el Hospital de San Tirso y la cofradía del mismo nombre para la administración de ambos. En 1597 existe constancia de la existencia de este hospital que al parecer estaba situado en el edificio que hoy es el Ayuntamiento. Los cofrades tenían, entre otras obligaciones, la de atender el hospital. En este había cuatro camas, dos para los clérigos y estudiantes y dos para los pasajeros pobres. «Tendrá el dicho hospital un cirujano asalariado, que asista a los pobres que se hallan enfermos y no se puedan mandar al lugar más cercano según es costumbre». La cofradía tenía un número cerrado de doce hermanos, que «han de ser conocidos, hijos del lugar o hijos de cofrades, de la primera representación del lugar y de los empleos honrosos del pueblo». El hospital subsistió al menos hasta 1910.
Paralelamente al hospital de San Tirso existió en Morales otra institución caritativa, el Hospital de la Asunción. No se sabe ni la fecha de su fundación ni su ubicación exacta.
Finalmente, en el lado sur de la Ermita del Cristo se levantaban la casa del ermitaño y la Hospedería, se supone que para atender a lo pobladores de la comarca que se acercaban hasta el templo a venerar al Cristo.