AGUILAR DE TERA: Me parece muy oportuno sacar a la luz este tema a raíz...

Me parece muy oportuno sacar a la luz este tema a raíz de las noticias aparecidas días pasados en la prensa nacional relativas a la preparación de los futuros maestros/as.
De ser ciertos estos datos, es muy preocupante que en una oposición a la carrera docente en la comunidad de Madrid en el año 2011 sólo el 13 % de 14.000 opositores aprobó los exámenes. Causa sonrojo la de disparates que los opositores plasmaron en el examen. Entre sus errores está escribir "bolcán, veverlo y vagaje ". Algunos no saben los gramos de un kilo, la mitad no diferencia entre "vasta y basta","escrúpulo" significa atardecer. La gallina es un animal "mamífero". El río Duero, el Ebro y el Guadalquivir pasan por Madrid.
Esperemos que no llueva mucho, porque Madrid está en peligro de desaparecer.
Estas son algunas de las lindezas que plasmaron en su examen, consecuencia que muchos que hasta hace muy poco nos dedicamos a la enseñanza achacamos a los planes de estudios "modernos" que nos brindaron nuestros gobernantes: LODE, LOGSE..., en los que era muy progre el no repetir curso con dos, tres, o más asignaturas, porque podía afectar a la autoestima del niño/a, crearle un trauma. Aquellos lodos han traído estos barros...
Para que se veáis cómo era la escuela de los años 50,60,70, voy a haceros una radiografía comparativa.
Cuando yo entré en la escuela por primera vez, (a los 6 años)éramos unos 60 niños, ahora se quejan de tener 20-30.
La escuela estaba siempre presidida por símbolos políticos y religiosos.

MATERIAL.
Las mesas eran pupitres bipersonales, los más pequeños no teníamos mesas y escribíamos encima de los bancos donde nos sentábamos cuando no escribíamos.
Las pizarras eran individuales, los cuadernos de una sola línea, o de dos
El material de apoyo consistía en mapas de los cinco continentes y el físico y político de España. Había unas láminas que eran fundamentales para la enseñanza de la geografia o de las ciencias naturales.
Nos aprendíamos de memoria las montañas, cordilleras, mares, ríos, cabos, golfos... La inmensa mayoría sabíamos de memoria todas las capitales del mundo.
Ya vemos ahora en los distintos concursos de la TV. la ignorancia supina que tienen cuantos famosos aparecen en ella, creo que los aspirantes a maestros de la comunidad de Madrid quedarían en buen lugar si los compararámos con ellos.
Aprendimos a leer en una cartilla llamada RAYAS, EL PARVULITO, y la enciclopedia de ALVAREZ, DALMAU CARLES, o EL CATÓN.
El número de libros que teníamos, nada tiene que ver con los de ahora. Para el estudio de la religión había un librito pequeño llamado CATECISMO, 1º.2º. Y 3º
grado. Para las demás asignaturas las estudiábamos por la ENCICLOPEDIA.
Los libros los llevábamos en un pequeño maletín llamado "cabás" y los lapiceros, pinturas, pizarrines y gomas iban dentro de una cajita rectangular, (plumier).
En ninguna escuela podían faltar la regla, el compás, la escuadra, el cartabón, así como el globo terráqueo.
De pequeños escribíamos en una pizarra individual con el pizarrín.
Cuando éramos mayores escribíamos en el cuaderno con plumillas que mojábamos en los tinteros que había en los pupitres y que con bastante frecuencia tirábamos al suelo, o encima de la mesa, con el regocijo de todos los niños.
No es necesario aclarar que los bolígrafos no existían por entonces.

JUEGOS:
Los juegos eran simples, pero divertidos, y a veces, hasta peligrosos, como el tirachinas, el arco y las flechas, jugar a la guerra tirándonos terrones de barro que abundaban por las calles. Las niñas tenían otros juegos como saltar a la comba, el cuarterón, el escondite, tres en raya, etc. Además luego cada uno se inventaba sus particulares juguetes con cajas de cartón, botes, etc.
La calefacción para entrar en calor, como no existía los radiadores, al menos en las escuelas rurales, pues se suplía con un bote de los de escabeche que hacíamos fuego dentro de él y lo llevábamos a la escuela.
Además existía otra clase de calefacción que gratuitamente nos daba el maestro, que es la regleta en las manos, pues estaba muy extendida la idea de que "la letra, con sangre entra", ahora se ha tornado en "la letra, con sangre entra", pero la sangre del maestro...
El horario era de 5 h. de lunes a sábado inclusive, Los jueves por la tarde no había clase, y en el buen tiempo el maestro nos llevaba al campo a jugar a fútbol, o realizar prácticas de matemáticas, geometría, como medir el campo, medir la altura de un árbol por la sombra, cubicar una cuba o cubeto etc. Las notas nos las daban solamente al final del curso.
Los maestros en esa época en los pueblos preparaban a los niños para hacer el ingreso en los Institutos y la formación no era universitaria hasta hace muy pocos años. En fin, ya lo dice el refrán "cualquier tiempo pasado fue mejor"... y aunque no siempre es así, creo que debemos cambiar muchas cosas en la enseñanza.
Francisco Vara.