SUBIR POR SANTA MARÍA, BAJAR POR SAN ANTOLIN.
En estos días de invierno con los fríos expectantes, el tiempo parece eterno en muchos de los instantes. Fríos que marcan veredas por las orillas del Duero, donde los vientos se enredan en el tiempo venidero. Estas jornadas dañadas por la maldita pandemia, nos dejan huellas marcadas con la sufrida epidemia. Abrazando la esperanza con el sentido perfecto, nadie quiere ver la danza de algún sentido no recto. Cuando faltan conclusiones y van sobrando adivinos, ... (ver texto completo)
En estos días de invierno con los fríos expectantes, el tiempo parece eterno en muchos de los instantes. Fríos que marcan veredas por las orillas del Duero, donde los vientos se enredan en el tiempo venidero. Estas jornadas dañadas por la maldita pandemia, nos dejan huellas marcadas con la sufrida epidemia. Abrazando la esperanza con el sentido perfecto, nadie quiere ver la danza de algún sentido no recto. Cuando faltan conclusiones y van sobrando adivinos, ... (ver texto completo)