VALLADOLID Y SUS NIEBLAS
El Pisuerga junto al Duero
dejan humedad profunda,
con niebla de puro hielo
que en Valladolid abunda.
El Esgueva acompañando
con sus brisas heladoras,
parece que va implorando
a esas nieblas rompedoras.
Valle de nieblas espesas
que hacen temblar al humano,
las hojas se vuelven tiesas
con un frío poco sano.
La blancura deja brillos
en los árboles helados,
con estos días sencillos
se ven campos escarchados.
Valladolid entre ríos
que dejan hielos marcados,
en el invierno los fríos
son caminos no buscados.
La niebla llega deprisa
sin entender de sus pasos,
con ella la blanca brisa
que a veces deja fracasos.
Valladolid entre nieblas
que son brillos congelados,
mientras que las gentes tiemblan
temiendo los constipados.
Valle de nieblas y fríos,
Valladolid es nombrado,
una ciudad entre ríos
con un historial grabado.
Las nieblas son el testigo
de ese contorno cuidado,
y no se las ve castigo
ni su frío es condenado.
G X Cantalapiedra.
El Pisuerga junto al Duero
dejan humedad profunda,
con niebla de puro hielo
que en Valladolid abunda.
El Esgueva acompañando
con sus brisas heladoras,
parece que va implorando
a esas nieblas rompedoras.
Valle de nieblas espesas
que hacen temblar al humano,
las hojas se vuelven tiesas
con un frío poco sano.
La blancura deja brillos
en los árboles helados,
con estos días sencillos
se ven campos escarchados.
Valladolid entre ríos
que dejan hielos marcados,
en el invierno los fríos
son caminos no buscados.
La niebla llega deprisa
sin entender de sus pasos,
con ella la blanca brisa
que a veces deja fracasos.
Valladolid entre nieblas
que son brillos congelados,
mientras que las gentes tiemblan
temiendo los constipados.
Valle de nieblas y fríos,
Valladolid es nombrado,
una ciudad entre ríos
con un historial grabado.
Las nieblas son el testigo
de ese contorno cuidado,
y no se las ve castigo
ni su frío es condenado.
G X Cantalapiedra.